Apple escarba en el flanco más débil del sector financiero: la banca, y lo hace de la mano de Goldman Sachs, con quien lanzaron hace unos años Apple Pay, un servicio de pagos móviles que está presente en más de 50 países. El siguiente paso de Apple y Goldman Sachs es ofrecer una tarjeta de crédito que estaría disponible para los usuarios de iPhone en Estados Unidos a partir del verano 2023.
La tarjeta, llamada Apple Card, promete una experiencia de usuario sin igual y un fuerte enfoque en la privacidad de los datos. Además, cuenta con un atractivo programa de recompensas, en el que los usuarios pueden ganar hasta un 3% en efectivo por sus compras en Apple y en otros establecimientos. Esta iniciativa puede significar un golpe muy duro para los bancos tradicionales, quienes ven en las tarjetas de crédito una importante fuente de ingresos.
Sin embargo, a pesar de su atractivo, la Apple Card también tiene algunos aspectos preocupantes, como por ejemplo el hecho de que todo el procesamiento de datos estará en manos de Goldman Sachs, un banco que ha sido criticado por su falta de transparencia en el pasado. Además, la tarjeta está diseñada específicamente para funcionar mejor con el ecosistema de Apple, lo que significa que los usuarios de Android u otros sistemas operativos pueden tener dificultades para usarla.
En cualquier caso, lo que está claro es que Apple está moviendo ficha en el sector financiero y está poniendo en jaque a los bancos tradicionales. La Apple Card puede ser solo el inicio en la carrera de Apple y Goldman Sachs para dominar el mercado financiero. Es importante que tanto los reguladores como los consumidores estén atentos a estos movimientos y tomen las medidas adecuadas para asegurarse de que los derechos de los usuarios sean respetados y que la competencia en el mercado financiero no se vea comprometida.
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