La reciente aprobación del proyecto de ley en Estados Unidos que contempla un gravamen sobre las remesas ha encendido el debate entre economistas y expertos en finanzas. Los análisis de instituciones como Oxford Economics advierten que esta medida podría, irónicamente, provocar un aumento en el envío de remesas durante el presente año.
Con la implementación de un impuesto del 3.5%, que se sumaría a las comisiones ya existentes que oscilan entre el 5 y el 10% que los proveedores de remesas cobran, no solo se prevé que tanto migrantes documentados como indocumentados busquen alternativas para evitar este gravamen, sino que también podrían recurrir a ciudadanos estadounidenses para realizar sus envíos o optar por criptomonedas y redes informales de transferencia en efectivo. Este fenómeno podría fomentar la creación de un mercado negro para las remesas, según las advertencias de expertos.
Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora del Banco de México, expresó su preocupación, señalando que este impuesto sería un retroceso en la búsqueda de una mayor inclusión financiera y el uso de canales seguros para el envío de dinero. La resiliencia de las remesas ha sido notable, incluso a través de desafíos como la pandemia, y los analistas subrayan que cualquier impacto del gravamen podría ser más bien temporal que estructural.
A pesar de las teorías sobre el efecto limitado del gravamen, se reconoce que cualquier interrupción en los flujos de remesas podría resultar en un afecto significativo en el mercado cambiario. Los envíos de trabajadores mexicanos en Estados Unidos a sus familias han constituido una fuente clave de ingresos en divisas, y su disminución podría repercutir en la estabilidad económica de muchas comunidades.
Un reciente informe indicaba que las tendencias de las remesas están más alineadas con el estado de la economía estadounidense y la tasa de empleo hispano. Aunque en abril se registró una caída en las transferencias hacia México, los 4,761 millones de dólares enviados reflejan una consistencia con la volatilidad observada en los 18 meses previos. Los expertos también apuntan a que factores como el miedo a la detención de migrantes indocumentados pueden estar afectando la capacidad de envío.
Se anticipa un repunte en las remesas para el mes de mayo, un periodo históricamente significativo debido al Día de las Madres, lo que sugiere que este fenómeno es sensible a fechas emocionales y costumbres culturales que fomentan un aumento en los envíos.
Con la incertidumbre que rodea la legislativa estadounidense y su impacto potencial en la comunidad migrante, queda por observar cómo evolucionarán estos flujos y qué medidas adoptarán los migrantes para mantener el apoyo a sus familias. La discusión sobre las remesas sigue siendo crucial, no solo en el ámbito económico, sino también en el tejido social de las comunidades involucradas.
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