Al inicio de la gestión de Claudia Sheinbaum, se delinean cuatro temas cruciales que marcan el rumbo de su administración. Estos ejes son vitales, no solo por su relevancia intrínseca, sino porque representan desafíos legados y problemas emergentes que deben ser abordados con urgencia.
El primero de estos desafíos es la inseguridad, un problema que ha arraigado en México durante años y que se ha vuelto un fenómeno estructural. La violencia y criminalidad se manifiestan en homicidios, secuestros y robos, mientras que la expansión del crimen organizado en diversas áreas hace que la situación sea aún más preocupante. Esta inseguridad no afecta solo a las víctimas directas; también menoscaba la percepción nacional e internacional sobre la estabilidad y gobernabilidad del país. Cualquier estrategia implementada necesitará ser efectiva, integral y, sobre todo, sostenible, ofreciendo resultados tangibles que generen confianza tanto a nivel nacional como internacional.
El segundo punto relevante es la complicada relación con Donald Trump, quien en su mandato anterior mostró una postura hostil hacia México. En su segundo periodo, esa agresividad se ha concretado en aspectos como la migración, los aranceles y la seguridad. Claudia Sheinbaum se ha mostrado cautelosa y diplomática, preparándose para las difíciles negociaciones que se anticipan, conscientes de la importancia de Estados Unidos en el panorama social y económico mexicano. Por el momento, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) parece estar estancado, y su revisión programada para 2026 se presenta como un reto más.
El tercer elemento que merece atención es la renovación del Poder Judicial. El debate gira en torno a cómo garantizar su independencia y evitar que el poder político influya en sus decisiones. Esta cuestión se observa con interés desde el extranjero, con confianza en que la nueva Suprema Corte de Justicia, que comienza a funcionar en septiembre, tomará decisiones cruciales.
Por último, el desafío económico destaca en un contexto de expectativas bajas. A pesar de ciertos indicadores macroeconómicos estables, esta estabilidad se atribuye más a factores externos, como la debilidad del dólar, que a una fortaleza interna genuina. La economía mexicana enfrenta múltiples retos, desde una recuperación desigual tras la pandemia hasta el impacto negativo de la inseguridad sobre el clima de negocios. Las inversiones extranjeras, esenciales para un crecimiento sostenido, requieren un marco legal claro, mientras que la amenaza continua de aranceles por parte de Trump y la incertidumbre en torno al TMEC mantienen a estas inversiones en un limbo.
Estas bajas expectativas económicas se traducen en una realidad que afecta la calidad de vida de millones de mexicanos. La pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades son problemas que trascienden el ámbito económico, afectando el ánimo y las expectativas de la población ante el nuevo gobierno. Claudia deberá demostrar su capacidad para gestionar de manera efectiva los recursos económicos y para implementar políticas públicas que realmente mejoren el bienestar de la ciudadanía.
En resumen, los cuatro elementos —inseguridad, relación con Donald Trump, renovación judicial y desafíos económicos— constituyen los factores clave que Claudia Sheinbaum deberá manejar al inicio de su gestión. Cada uno de estos aspectos exige atención, estrategias claras y acciones concretas. La forma en que aborde estos desafíos será fundamental para el futuro de su administración y tendrá un impacto directo en la estabilidad social, la percepción pública y las proyecciones futuras del país.
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