El Banco de Inglaterra ha tomado una decisión crucial al optar por mantener su tasa de interés sin cambios, proclamando una ralentización en su programa de endurecimiento cuantitativo. Este movimiento busca mitigar la volatilidad en los mercados de renta fija, especialmente en el contexto complicado de los “gilts”, o bonos del gobierno británico.
En la reunión más reciente, los miembros del Comité de Política Monetaria votaron 7 a 2 a favor de reducir el ritmo anual de la venta de estos bonos, ajustando el plan de 100,000 millones a 70,000 millones de libras, alineándose con las expectativas de un sondeo reciente. Según el gobernador Andrew Bailey, el nuevo objetivo permitirá al banco continuar reduciendo su balance sin causar un impacto negativo considerable en el mercado de “gilts”.
Este cambio de dirección es significativo, ya que marca la primera desaceleración desde que el Banco de Inglaterra comenzó a reducir su cartera de bonos en 2022, después de haber realizado compras masivas durante la crisis económica. Entre 2009 y 2021, el banco adquirió 875,000 millones de libras en gilts para estimular la economía británica.
Al interior del Comité, la postura no estuvo exenta de debate. El economista jefe Huw Pill defendió que se mantuviera el ritmo de ventas en 100,000 millones de libras, argumentando que el impacto en los mercados sería menor, mientras que Catherine Mann se mostró a favor de una reducción más conservadora de 62,000 millones de libras.
Mirando hacia el futuro, la estrategia del Banco de Inglaterra divide las ventas de bonos en un 40% a corto plazo, 40% a medio y 20% a largo plazo, lo que demuestra un enfoque más matizado. Este movimiento es importante, dado que los rendimientos de los gilts a largo plazo alcanzaron niveles no vistos desde 1998.
Además, el banco decidió, con el mismo margen de 7 a 2, mantener la tasa de interés en el 4%, luego de un recorte del mes pasado. Este resultado está en línea con las previsiones de los analistas, quienes anticipaban estabilidad en las tasas tras propuestas de algunos miembros del Comité para una reducción adicional.
En cuanto a las perspectivas económicas, el Banco prevé que la inflación se estabilizará en un 4% este mes, con una gradual caída proyectada hacia el objetivo del 2% establecido para el segundo trimestre de 2027. Por otro lado, también se ha elevado la previsión de crecimiento para el tercer trimestre, de un 0.3% a un 0.4%.
Andrew Bailey concluyó que, aunque se anticipa que la inflación se dirija al objetivo del 2%, es crucial proceder con cautela, enfatizando que cualquier recorte futuro debe ser gradual y medido. A medida que se desarrolla el panorama económico, los mercados parecen estar anticipando solamente una posibilidad en tres de un nuevo recorte de tasas este año, lo que refleja la incertidumbre que persiste en el ambiente financiero actual.
La información aquí presentada refleja los acontecimientos al 18 de septiembre de 2025, y es pertinente para aquellos que deseen mantenerse informados sobre la evolución de las políticas monetarias del Banco de Inglaterra y su impacto en la economía del Reino Unido.
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