El jefe del Gobierno francés, François Bayrou, ha solicitado un refuerzo de los controles en centros escolares y sus alrededores tras un trágico ataque con arma blanca en Nantes, donde una chica de 15 años perdió la vida y otras tres resultaron heridas, una de ellas de gravedad. Este incidente ha suscitado un clamor por enfrentar lo que Bayrou denomina “violencia endémica” entre los jóvenes.
El primer ministro ha anunciado la creación de un grupo de trabajo que se reunirá esta semana para abordar el delicado asunto del porte de armas blancas en las escuelas del país. Bayrou espera que en un plazo de cuatro semanas se presenten propuestas concretas sobre prevención, regulación y represión de la violencia juvenil. “Las escuelas deben ser lugares sagrados. Hay que prohibir y perseguir los cuchillos y las armas blancas peligrosas”, enfatizó.
Por su parte, el ministro del Interior, Bruno Retailleau, presente en el lugar de los hechos, ha pedido reforzar controles y abordar lo que considera “el empobrecimiento de la sociedad”. Afirmó que “nunca podremos poner un policía detrás de cada alumno” y subrayó la necesidad de reconstruir la sociedad y sus jerarquías, más allá de las medidas de seguridad.
Mientras la investigación avanza, las reacciones de personalidades políticas de todos los espectros son numerosas. La alcaldesa socialista de Nantes, Johanna Rolland, ha instado a no “explotar” la tragedia.
El presunto agresor, identificado como Justin P., un alumno de la institución, fue llevado a un pabellón psiquiátrico tras considerarse su estado mental incompatible con la custodia policial. Según las primeras investigaciones, el joven mostró un perfil “frágil” y “depresivo”. Antes de atacar, envió un inquietante manifiesto de 13 páginas a sus compañeros, en el que denunciaba la “globalización” y el “ecocidio globalizado”, así como la “violencia sistémica” y el “condicionamiento social totalitario”. Algunos compañeros lo describieron como “reservado” y “no normal”, refiriendo que compartía ideas excéntricas y, en ocasiones, extremistas.
El perfil del agresor ha reavivado el debate sobre la salud mental en Francia, un tema que el Gobierno ha catalogado como “gran causa nacional” para 2025. Con un cuarto de la población enfrentándose a un trastorno mental en algún momento de su vida, la administración busca eliminar tabúes, facilitar el acceso a cuidados y mejorar la prevención en la materia.
El alcalde de Nantes ha mencionado que la salud mental de los jóvenes es “la cuestión fundamental”, mientras que otros actores sociopolíticos piden examinar el impacto de las redes sociales en la creciente violencia. En este contexto, la necesidad de un enfoque integral hacia la salud mental se vuelve más urgente que nunca, recordando la importancia de cuidar y apoyar a los jóvenes en situaciones vulnerables.
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