Bebé nacido en Waymo sigue tradición.

A una mujer en estado de gestación en San Francisco se le brindó una experiencia singular cuando, en la noche del pasado lunes, dio a luz dentro de un robotaxi Waymo mientras se dirigía al UCSF Medical Center. Este evento marca una nueva etapa en la saga de los automóviles sin conductor que, aunque para muchos resultó insólito, es una realidad para quienes están familiarizados con el uso de vehículos de ride-share.

De acuerdo con informes, el equipo de monitoreo de Waymo detectó “actividad inusual” y contactó a los servicios de emergencia, aunque sorprendentemente, el vehículo llegó antes que ellos al hospital. Este incidente destaca un fenómeno que ha persistido a lo largo de los años: las futuras madres apresurándose hacia los hospitales en taxis y Ubers, una costumbre que parece resistir a la innovación tecnológica.

Históricamente, ha habido casos memorables en el mundo del transporte de pasajeros. Uno de los más notables fue el de una madre en India que decidió nombrar a su hijo “Uber” tras dar a luz en casa de un conductor que ayudó durante la entrega. También se recuerda a una pareja californiana que recibió a su bebé en un Uber durante la celebración de Shabbat en 2017; en ese caso, el padre bromeó sobre la posibilidad de nombrar a su hijo como el servicio de taxi. Con el tiempo, estos relatos han sido parte de una narrativa mayor que recoge las travesuras de la vida moderna.

La historia reciente de San Francisco aporta un nuevo giro a esta tradición. Tras el nacimiento, el vehículo fue retirado para ser limpiado, un procedimiento estándar en este tipo de circunstancias. Sin embargo, este no fue el primer parto que ocurrió a bordo de un vehículo de Waymo; la compañía mencionó que un nacimiento similar ya había tenido lugar en Phoenix. En un tono humorístico, un portavoz de Waymo comentó que, aunque es un acontecimiento extraordinario, hay “algunas de nuestras nuevas pasajeras que simplemente no pueden esperar para experimentar su primer paseo en Waymo”.

Así, mientras la tecnología avanza y se convierte en parte integral de nuestra vida cotidiana, se establecen lazos inesperados entre la innovación y las tradiciones humanas más fundamentales.