Por primera vez en mucho tiempo, la Unión Europea y EE UU afrontan la crisis política y económica de Venezuela con total sintonía y se abren a levantar las sanciones que castigan al país latinoamericano. El Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, y el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, han emitido este viernes un comunicado conjunto en el que abogan por una “solución pacífica” que parta “del propio pueblo venezolano” y que se canalice a través de las estructuras políticas del país caribeño.
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Los dos máximos responsables de la diplomacia europea y estadounidense reclaman también “la liberación incondicional de todos aquellos detenidos de manera injusta por motivos políticos”, así como la restauración de todos los procesos democráticos puestos en cuestión por el presidente Nicolás Maduro y la celebración de elecciones libres en noviembre.
Si se dan todos esos pasos, los responsables de la diplomacia en Washington y en Bruselas asumen un compromiso de calado al abrir la puerta a una revisión de la política de sanciones que se aplica al país latinoamericano. “Valoramos los avances sustanciales y creíbles para restaurar los procesos democráticos y las instituciones en Venezuela y estamos dispuestos a revisar la política de sanciones sobre la base de un progreso significativo en una negociación amplia”, señala el comunicado, emitido a última hora del viernes tras varias semanas de gestación.
Borrell y Blinken también expresan su compromiso con la ayuda necesaria para atajar la crisis humanitaria, que afecta tanto a la población venezolana como a los seis millones de personas que se han marchado del país y a las comunidades vecinas de acogida.