Con el avance de los años y el agudizamiento de la sequía en México, las muertes relacionadas con el calor han alcanzado niveles alarmantes. Según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Secretaría de Salud federal (SSA), hasta el 30 de abril, el 46.5% del territorio nacional experimenta algún grado de sequía. Este 2025 se posiciona como el quinto abril más seco desde 2014, año en el que inicia el registro en la plataforma de consulta de Conagua.
En el último mes, el fenómeno de sequía excepcional ha aumentado notablemente, alcanzando un 11.4% del territorio. La sequía moderada también ha subido, pasando del 9.1% al 12.4%. La región noroeste del país, que incluye estados como Sonora, Sinaloa y Chihuahua, es la más afectada, donde la escasez extrema de agua se ha intensificado en las últimas semanas.
Desde 2014, el año más crítico ha sido 2021, cuando un 75.27% del país se encontraba bajo condiciones de sequía, ya sea moderada o extrema. Le siguen 2024, con un 67.97%, y 2022 y 2023, que también presentaron cifras preocupantes, alcanzando un 55.19% y 47.95% respectivamente. Antes de 2021, la situación era significativamente menos grave, con un impacto que no superaba el 14% en el mismo mes en años previos.
La relación entre la sequía y las muertes por calor se ha vuelto evidente, especialmente desde 2021. La SSA estima que la temporada calurosa en el país, que abarca de la semana epidemiológica 12 a la 40 (de marzo a octubre), tuvo su año más trágico en 2023, con 421 muertes atribuidas a deshidratación o golpes de calor. Las cifras de 2024, aunque significativas con 331 defunciones, no alcanzan la gravedad del año anterior.
Desde 2014, un total de 1,052 personas han fallecido en el país debido a temperaturas extremas, de las cuales el 79% han ocurrido desde 2021, evidenciando una alarmante tendencia. En la semana epidemiológica 16 de este año, se han reportado cuatro muertes, un leve aumento en comparación con dos casos en la misma semana de 2024, lo que eleva la letalidad del fenómeno de 0.9% a 2%.
Los estados más afectados hasta ahora por deshidratación y golpes de calor son Jalisco, Tabasco y Veracruz, que en conjunto suman el 45% de los casos reportados. La Comisión Nacional del Agua anticipa que en junio comenzarán las lluvias, lo que podría ofrecer un respiro ante la situación crítica que enfrenta el país.
Este panorama desafía no solo la salud pública, sino también la necesidad urgente de abordar el cambio climático y sus devastadoras consecuencias. La respuesta a esta crisis quizás determine el futuro de mucho más que solo estadísticas.
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