El pasado 22 de octubre de 2025, un encuentro digital organizado por Meteored México reunió a la meteoróloga Úrsula Pamela García y a los expertos José Martín Cortés, Eduardo Corella y Juan Antonio Palma Solís. El objetivo fue esclarecer las devastadoras inundaciones que afectaron a la región Huasteca entre el 7 y el 10 de octubre, generando más de 40 muertes y pérdidas millonarias.
Los especialistas destacaron que las inundaciones en estados como Veracruz, Tamaulipas, San Luis Potosí, Hidalgo, Puebla y Querétaro no fueron causadas por un huracán, sino por una inusual baja presión que se convirtió en un “monstruo hidrometeorológico.” Este fenómeno climático, al que se le atribuyeron lluvias históricas, dejó marcas profundas en la zona, acumulando hasta 286 mm de agua en un solo día en localidades de Puebla y Veracruz, cifra equivalente a casi un mes de precipitación.
El foro sirvió también como plataforma para combatir la desinformación que circulaba en redes sociales, enfatizando la importancia de promover una cultura de prevención ante fenómenos cada vez más frecuentes. Los habitantes fueron advertidos de las inminentes lluvias torrenciales desde el 6 de octubre, gracias a las alertas emitidas por el Centro Nacional de Huracanes y Protección Civil. Gracias a estas advertencias, se llevaron a cabo evacuaciones preventivas, lo que permitió salvar cientos de vidas.
La combinación de un mar más cálido, alta humedad y la orografía montañosa de la región resultó en un colapso hidrológico sin precedentes, aunque se señala que la lluvia acumulada fue menor comparada con inundaciones anteriores, como las de 1999. Sin embargo, el daño fue más significativo debido a la urbanización descontrolada, la deforestación y el aumento poblacional en áreas ribereñas. Este contexto resalta cómo el cambio climático intensifica los efectos locales, y la falta de planificación urbana multiplica los riesgos, incluso ante lluvias consideradas “moderadas.”
El impacto no solo se limitó a pérdidas humanas, sino que también se extendió al sector agrícola. Más de 60 municipios en Veracruz reportaron pérdidas en cosechas de maíz, frijol, caña y cítricos, y en Hidalgo y Puebla, 10 mil hectáreas quedaron anegadas. Este escenario elevó los precios de los alimentos básicos, lo que preocupa a los especialistas. Corella recomendó mejorar los seguros agrícolas y diversificar cultivos resistentes, además de promover prácticas de reforestación y manejo de suelos para mitigar la vulnerabilidad de las áreas afectadas.
La baja presión que desencadenó esta crisis fue subestimada por su baja probabilidad de desarrollo ciclónico, de apenas un 10%. Sin embargo, los modelos de Meteored México, apoyados en previsiones satelitales y de organismos internacionales, lograron realizar alertas precisas que se convirtieron en una herramienta vital para anticipar el fenómeno.
Un llamado claro emergió de este encuentro: aunque no podemos evitar la lluvia, sí podemos prepararnos de manera efectiva para enfrentar sus consecuencias. Herramientas como mapas interactivos y alertas personalizadas son esenciales para forjar una ciudadanía más preparada en esta nueva era climática.
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