Las organizaciones enfrentan un reto creciente en la implementación de tecnologías, especialmente en lo que respecta a sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP). A menudo, las expectativas sobre el retorno de inversión (ROI) se ven frustradas por una gestión del cambio ineficaz y una falta de integración del capital humano y liderazgo. Los beneficios anticipados, como la eficiencia operativa y la optimización de procesos, pueden verse comprometidos por diversas razones.
Entre los factores que pueden afectar la implementación se encuentran:
– La falta de comprensión de los impactos en roles y funciones.
– Expectativas desalineadas entre departamentos.
– La resistencia al cambio debido a la incertidumbre.
– Retrasos y costos no planificados.
Uno de los errores más comunes es creer que la automatización por sí sola solucionará problemas estructurales, como ineficiencias o errores en los datos. Para evitar que esto afecte la confianza en los proyectos tecnológicos, es esencial abordar los requisitos antes de la adopción. Esto incluye la definición clara de reglas de negocio, el alcance del proyecto y la limpieza de datos previa a la migración.
Para que todos los involucrados comprendan el proceso, se debe establecer un plan claro de responsabilidades y metas, considerando cómo se verá afectada la carga de trabajo de cada uno. Comunicar eficazmente la composición del equipo y el horario de trabajo es vital para evitar confusiones.
Desde el principio, es crucial incluir al personal que será impactado directamente, para que comprendan los cambios venideros y reciban la capacitación necesaria. Esto ayuda a reducir la resistencia, especialmente si existe el temor a la redundancia laboral.
El liderazgo juega un papel fundamental como embajador de la implementación. Los líderes deben involucrarse plenamente en definir procesos, limpiar datos y establecer reglas de negocio. Además, su participación es clave para fomentar colaboración y aceptación del cambio dentro del equipo.
Es igualmente importante no pasar por alto a las audiencias que se verán afectadas por la nueva implementación. Identificar grupos de interés y establecer un plan de comunicación es esencial para mantener informados a todos los involucrados, desde clientes hasta colaboradores internos. Esto incluye comunicar ajustes operativos como la depuración de nombres de clientes duplicados, la definición de fechas clave para operaciones y la notificación oportuna sobre fechas de pago.
En conclusión, para asegurar que una implementación tecnológica alcance los beneficios esperados, es indispensable considerar el elemento humano. Esta transformación no es simplemente una tarea del departamento de Tecnologías de la Información (TI); representa la habilitación de nuevas formas de trabajo que requieren adoptarse por toda la organización. Así, las empresas deben reflexionar sobre cómo sensibilizar a su equipo respecto a los beneficios y el papel de cada persona en el éxito del proyecto.
La fecha de publicación original de esta información es del 5 de junio de 2025, lo que invita a las organizaciones a revisar sus enfoques y adaptarse a un panorama tecnológico en constante evolución.
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