La flor de Cempasúchil, con su vibrante coloración amarilla y su aroma distintivo, se ha convertido en un símbolo icónico del Día de Muertos en México. Cada año, esta flor adorna altares, tumbas y hogares, rindiendo homenaje a los seres queridos que han partido. Sin embargo, detrás de su belleza y significado, existe un mundo de trabajo y dedicación que a menudo pasa desapercibido.
En este contexto, es fundamental reconocer el esfuerzo de los campesinos y floricultores que cultivan la cempasúchil. Este cultivar, originario de Mesoamérica, no solo embellece el paisaje, sino que también juega un papel crucial en las tradiciones de una de las festividades más significativas del país. Conocida también como “marigold” en inglés, la Cempasúchil florece en todo su esplendor cada otoño, justo a tiempo para el 1 y 2 de noviembre, cuando la celebración alcanza su punto máximo.
La producción de esta flor requiere conocimientos tradicionales que se han transmitido de generación en generación. Desde la siembra hasta la cosecha, cada etapa del proceso es vital. Los agricultores deben cuidar a sus plantas, protegiéndolas de las plagas y asegurándose de que reciban la cantidad adecuada de agua y nutrientes. Este arduo trabajo, que muchas veces se lleva a cabo en tierras de Xochimilco, no solo garantiza un producto de calidad, sino que también preserva la riqueza cultural de la región.
Se estima que la demanda de cempasúchil aumenta en un 30% durante el periodo previo al Día de Muertos, lo que representa un impulso significativo para la economía local. A pesar de la creciente industrialización y el aumento de las importaciones, muchos productores continúan comprometidos con las prácticas tradicionales, asegurando que la esencia del Día de Muertos se mantenga viva.
Es importante destacar que la flor de Cempasúchil no solo simboliza la conexión con los difuntos, sino que también abarca un profundo respeto por la cultura y la herencia mexicana. Cada vez que se coloca una cempasúchil en un altar, se celebra no solo la vida y la muerte, sino también el arduo trabajo de quienes nutren y protegen esta flor emblemática.
A medida que el Día de Muertos se aproxima, recordemos la historia detrás de cada pétalo de cempasúchil. En estos días de honra y recuerdo, elabora un espacio en tu corazón para valorar tanto la tradición como el esfuerzo que hay detrás de esta flor, que no solo adorna, sino que también une y da sentido a una de las celebraciones más importantes en México.
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