En la ciudad de Puebla y su zona conurbada, se ha delineado un ambicioso plan de crecimiento para nuevas plazas comerciales que se desarrollará a lo largo de los próximos ocho años. Esta estrategia surge como respuesta a la creciente demanda de servicios que requieren las familias, ante el notable aumento de zonas habitacionales en la región.
Andrés De La Luz Espinoza, director de la Asociación de Centros Comerciales de Puebla (Acecop), destaca que las familias prefieren tener una plaza comercial a corta distancia de sus hogares, evitando así desplazamientos a través de la ciudad. Esta tendencia representa una oportunidad tangible para los comercios que buscan ubicaciones con alto tráfico de potenciales compradores, en contraposición al Centro Histórico, donde deben enfrentarse a la competencia de vendedores ambulantes.
Espinoza anticipa que el sector de plazas comerciales continuará en expansión, aunque no al ritmo desenfrenado de hace una década, cuando se construyeron pequeños complejos sin un estudio de mercado adecuado. “Dejamos de tener un crecimiento desmedido”, afirma, enfatizando la importancia de construir espacios comerciales que respondan a las necesidades de los ciudadanos.
Un cambio clave en este nuevo modelo es la utilización de esquemas de preventa para los locales, similar al funcionamiento del mercado de viviendas. Esto asegura que los espacios estén ocupados desde el inicio, garantizando ingresos mensuales para los propietarios y manteniendo el valor de su inversión.
Puebla se presenta como un mercado atractivo para inversores nacionales y locales, gracias a la disponibilidad de terrenos, especialmente en las periferias y cerca del periférico ecológico, que abarca cinco municipios: Puebla capital, San Pedro Cholula, San Andrés Cholula, Amozoc, Cuautlancingo y Coronango.
Las inversiones en cada plaza requieren entre 7 y 10 millones de pesos, sin contar el costo del terreno, que fluctúa entre 2 y 3.5 millones de pesos. Las áreas con mayor potencial para la inversión, debido a su crecimiento urbano, son precisamente Puebla, San Andrés Cholula y Cuautlancingo. A pesar de que el costo del metro cuadrado ha incrementado entre un 40 y un 50% en los últimos seis años, los desarrolladores están dispuestos a asumirlo, confiando en un retorno de inversión garantizado a siete años o más.
La afluencia de turistas también juega un papel crucial en esta expansión, ya que al menos hacen una parada en busca de descanso y alimentación, lo que a su vez impulsa la creación de más plazas comerciales.
El futuro del sector comercial en Puebla parece prometedor, nutrido por una planificación estratégica y un enfoque en las necesidades reales de la ciudadanía. Con una adecuada coordinación entre los constructores y la comunidad, se espera que esta iniciativa no solo mejore la oferta de servicios, sino que también dinamice la economía local en los años venideros.
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