El 25 de abril de 2025, miles de fieles se congregaron en la emblemática Plaza San Pedro para rendir un emotivo adiós al papa Francisco, un líder cuya influencia trascendió fronteras y generaciones. En un ambiente de reverencia y nostalgia, el Vaticano ha compartido los pormenores sobre el funeral que se llevará a cabo este sábado, preparado con sumo cuidado y respeto por una figura que dejó una huella imborrable en la historia contemporánea.
La ceremonia comenzará con una antífona de entrada, que invoca: “concédele, Señor, el descanso eterno y brille para él la luz perpetua.” Esta oración preparatoria será seguida por las palabras del cardenal Gianni Battista Re, el decano del Colegio Cardenalicio, quien presidirá el rito en honor al líder católico. Los fieles tendrán la oportunidad de participar en la liturgia de la palabra, donde se entonarán salmos y oraciones, culminando con el evangelio, un pasaje que será cantado en latín por el diácono Francesco Melone.
Un momento significativo que se destaca es la oración de los fieles, que incluirá seis idiomas: francés, árabe, portugués, polaco, alemán y chino, reflejando la diversidad de la comunidad católica global y el alcance del papado de Francisco, conocido por su compromiso con la inclusión y el diálogo interreligioso.
Durante la liturgia eucarística, se realizará la ceremonia del último elogio, donde se solicitará a Dios, por medio del Espíritu Santo, que acoja al papa Francisco en la paz eterna y lo resucite en el último día. Esta parte de la misa es un reflejo profundo de las creencias cristianas sobre la vida después de la muerte y el consuelo que encuentran los fieles en la fe.
Al culminar la ceremonia, el cardenal Re rociará el cuerpo de Francisco con agua bendita y lo incensará, mientras se entona un responso, un acto simbólico que representa la conexión entre el cielo y la tierra. Posteriormente, tras una oración final, el féretro será llevado de regreso a la basílica de San Pedro y luego será trasladado a la basilica de Santa María la Mayor, donde será depositado en la tumba, un deseo expreso del papa Francisco.
La conmoción y el amor que rodean este evento marcan no solo el cierre de un capítulo en la historia de la Iglesia Católica, sino también un testimonio del legado de una figura que instó al mundo a la paz, la compasión y la esperanza. Todos estos detalles, expuestos con solemnidad y devoción, subrayan la importancia de una ceremonia que no solo celebra la vida de Francisco, sino que también une a millones en oración y recuerdo.
Con una profunda conexión emocional y espiritual, el funeral del papa Francisco se convertirá en una ocasión memorable que resonará más allá de las fronteras de la fe, recordando al mundo la relevancia del amor y la unidad en tiempos de adversidad.
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