El Ministerio de Comercio de China ha dado a conocer la imposición de aranceles antidumping que alcanzan hasta el 74.9 % sobre el copolímero de poliformaldehído importado de Estados Unidos, la Unión Europea, Taiwán y Japón. Esta decisión se basa en los hallazgos de una investigación que concluyó que estas importaciones estaban sometidas a prácticas de ‘dumping’, lo que ha ocasionado un “perjuicio sustancial” a la industria local.
Los nuevos aranceles, que entrarán en vigor el próximo 19 de mayo, se formalizan tras un proceso que comenzó hace un año con la apertura de una investigación oficial sobre las importaciones de este material, crucial en diversas aplicaciones industriales. Según la legislación china, el impacto negativo de estas prácticas en la producción local es indiscutible.
Este copolímero tiene un amplio espectro de aplicaciones, desde la sustitución de metales como el zinc y el cobre hasta su uso en la fabricación de equipos electrónicos, componentes automotrices y dispositivos médicos. Las medidas anunciadas establecen que las importaciones de Estados Unidos serán las más gravadas, sujetas a una tasa del 74.9 %, mientras que las de la Unión Europea enfrentarán un arancel del 34.5 % y las japonesas una tasa del 35.5 %. Cabe destacar que la empresa Asahi Kasei Corp de Japón tendrá un arancel específico más bajo del 24.5 %.
En el caso de Taiwán, el arancel general establecido es del 32.6 %, aunque se han fijado tasas diferenciadas para ciertas empresas, como Formosa Plastics, que estará sujeta a un gravamen del 4 %, y Polyplastics Taiwan, con un arancel del 3.8 %.
El anuncio de estos nuevos aranceles se produce en un momento en el que se busca alcanzar una tregua comercial. Recientemente, Pekín y Washington publicaron un comunicado conjunto donde anunciaban un acuerdo para reducir ciertos gravámenes de manera temporal: Estados Unidos disminuiría su tasa del 145 % al 30 %, mientras que China haría una reducción similar, pasando del 125 % al 10 %. Sin embargo, expertos advierten que esta disminución temporal no garantiza una reconciliación completa entre los dos países.
La resolución adoptada refleja la creciente tensión en las relaciones comerciales entre China y sus socios, y resalta la influencia de las decisiones políticas en la economía global. Esta situación se encontrará bajo vigilancia continua, dado que los aranceles antidumping afectan no solo a los países implicados, sino también a las cadenas de suministro y a los mercados internacionales en su conjunto.
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