El cine mexicano experimentó en 2025 un panorama dual: mientras la producción nacional mostró un crecimiento evidente, las proyecciones internacionales vieron una disminución en el número de espectadores. Este contraste destaca la necesidad de nuevas iniciativas para 2026 que busquen un mayor apoyo financiero, particularmente de la mano del sector privado, para promover el cine local y aumentar su visibilidad.
Durante un evento celebrado en los Estudios Churubusco en Ciudad de México, Claudia Curiel, secretaria de Cultura federal, delineó optimistas planes estratégicos enfocados en fortalecer las alianzas con entidades públicas y el fomento del acceso a la realización audiovisual. La creación de una nueva ley de cine, que será presentada en febrero, fue uno de los anuncios más destacados. Este esfuerzo es considerado crucial por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha designado este tema como “prioritario”.
Curiel también hizo hincapié en que el apoyo institucional debe ser acompañado de un compromiso de corresponsabilidad por parte de las empresas distribuidoras y exhibidoras para asegurar que el cine mexicano alcance el reconocimiento que merece. En este sentido, Daniela Alatorre, líder del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), puntualizó que las políticas deben ajustarse a las necesidades del sector, enfatizando que el apoyo público debe permitir la exploración creativa sin estar estrictamente regido por las dinámicas del mercado.
Un cambio significativo en 2025 fue el aumento del Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión para la Producción y Distribución Cinematográfica Nacional (EFICINE), con un incremento de 115 millones de pesos, lo que representa un 16.43% más que en años anteriores. Para 2026, se aprobaron montos máximos de 25 millones de pesos para producción y 3 millones para distribución, lo que promete un impulso considerable en la creación y exhibición de películas.
Además, la influencia de las plataformas digitales se ha convertido en un aspecto fundamental del esquema audiovisual. Marina Stavenhagen, directora de la Cineteca Nacional, subrayó el papel crucial del streaming en la distribución cinematográfica, lo que obliga al Estado y a la industria a adaptarse a este nuevo ecosistema. Netflix, por ejemplo, ha reafirmado su compromiso con México al destinar 1.000 millones de dólares para la producción local en los próximos cuatro años, un movimiento que refleja la inversión creciente en este sector.
En términos de asistencia, el cine mexicano finalizó el año mostrando cifras alentadoras, con 9.2 millones de espectadores y una recaudación que ascendió a 636 millones de pesos, un aumento del 14.8% en comparación con 2024. En total, las películas nacionales representaron el 35% del total exhibido, aunque la taquilla global sufrió un decrecimiento del 4% interanual.
El anuncio de la nueva ley de cine podría marcar un cambio en la política cultural, y no solo se trata de aumentar fondos, sino de establecer un marco normativo para fomentar un desarrollo artístico sostenible. La necesidad de un fortalecimiento del cine mexicano queda clara, y este nuevo marco promete proporcionar estabilidad y visión a largo plazo para la industria.
Con un horizonte que promete nuevas oportunidades, el cine mexicano se proyecta hacia el futuro. El llamado de Curiel a todos los actores de la industria es imperativo: la colaboración entre el sector público y privado será clave para asegurar que el cine nacional alcance la misma visibilidad y potencial que ofrece su creatividad.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial. No olvides comentar sobre este articulo directamente en la parte inferior de esta página, tu comentario es muy importante para nuestra área de redacción y nuestros lectores.


