En un contexto político marcado por tensiones internas y reconfiguraciones de poder, el mitin en el Zócalo organizado por Claudia Sheinbaum para celebrar su primer año de gobierno no pasó desapercibido. Aunque la presidenta ha intentado mantener una imagen al margen de los escándalos que han afectado a figuras clave del obradorismo, la disposición de los asistentes reveló un cambio notable en el protocolo.
Entre los invitados, figuras prominentes como Adán Augusto López y Andrés Manuel López Beltrán, conocido como ‘Andy’, encontraron su lugar en una segunda fila, un gesto que no solo refleja cambios en la percepción pública, sino que también indica un claro distanciamiento de ciertos sectores dentro de su partido, Morena. Las imágenes del evento contrastan con un mitin realizado seis meses atrás, donde estos mismos personajes ocupaban espacios más destacados. Este desplazamiento podría interpretarse como un movimiento estratégico, posiblemente influenciado desde Palacio Nacional, reforzando la idea de un relevo en las dinámicas de poder del partido.
Es relevante señalar que López y otros, como el senador Ricardo Monreal, están vulnerables a la mirada pública, inmersos en controversias que complican su reputación dentro del marco de la Cuarta Transformación. López, en particular, enfrenta acusaciones serias relacionadas con el huachicol, mientras que su ex secretario de Seguridad en Tabasco se encuentra también en el ojo del huracán. Estos escándalos han llevado a una revisión de sus posiciones dentro del partido y su relación con Sheinbaum.
Manuel Velasco, ex gobernador de Chiapas, no escapó a este cambio, siendo relegado en su interacción durante el evento. Su falta de cercanía con la presidenta, después de mostrarse “distraído” en un mitin previo, subraya las corrientes de cambio que se están gestando en Morena. Más atrás en la fila de invitados, el hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador también ocupó un lugar marginal, tras un verano polémico que aún pesa sobre sus hombros.
Estos movimientos son un reflejo del entramado político actual, donde cada posición en un evento es estratégica y puede traducirse en un nuevo equilibrio de poder. El impacto de estas decisiones reconfigura la lealtad y el respaldo dentro de un partido que busca mantener la cohesión ante las adversidades.
Sin duda, los próximos meses serán cruciales para observar cómo se resuelven estas dinámicas y cuál será el futuro de los actores involucrados en un escenario político que parece redefinirse constantemente.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial. No olvides comentar sobre este articulo directamente en la parte inferior de esta página, tu comentario es muy importante para nuestra área de redacción y nuestros lectores.