¿Cómo afectaron las ventas del Buen Fin?

La confianza del consumidor en México sigue enfrentando desafíos, con un indicador que ha registrado once meses consecutivos a la baja hasta noviembre de 2025. Este descenso se refleja en un contexto donde se celebró el evento comercial conocido como el Buen Fin, que se llevó a cabo del 13 al 17 de noviembre. Durante esos días, la meta era alcanzar ventas que superaran los 200,000 millones de pesos, un objetivo que finalmente se logró, resultando en un total de 219,000 millones de pesos, lo que representó un incremento del 13% en el número de negocios participantes.

A pesar de este notable aumento en las cifras globales, al analizar las ventas promedio diarias, se observó un crecimiento nominal de apenas 0.80%. Si se considera el efecto de la inflación, que fue del 3.61% en la primera quincena de noviembre, este crecimiento se vuelve negativo. Para ponerlo en perspectiva, en el Buen Fin de 2024, que tuvo una duración de solo cuatro días, las ventas alcanzaron los 173,800 millones de pesos, con un promedio diario de 43,450 millones de pesos.

La Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur) ha destacado que el éxito de este evento se consolida como una estrategia crucial para fortalecer el consumo interno y apoyar a los negocios familiares en todo el país. Sin embargo, es crucial considerar el contexto subyacente: los consumidores se muestran cautelosos y pesimistas acerca de su situación económica.

El Indicador de Confianza del Consumidor (ICC) muestra una caída de 3.49 puntos en comparación con el año anterior, marcando el descenso más pronunciado desde noviembre de 2022. Esta cifra indica un debilitamiento en la percepción sobre las condiciones económicas actuales y futuras, siendo los índices que evalúan ese futuro los más impactados.

Los analistas advierten sobre un clima pesimista entre las familias mexicanas, con expectativas de consumo que se ven limitadas por factores internos como el enfriamiento del mercado laboral, la desaceleración económica y las remesas, que representan un ingreso importante para muchas familias. Todo esto contribuye a un panorama donde, aunque el Buen Fin ha logrado cifras récord, la realidad del consumidor es de cautela y preocupación.

En conclusión, el éxito de ventas durante el Buen Fin no oculta el sentimiento generalizado de pesimismo respecto al futuro económico, lo que podría afectar el gasto en compras durante la temporada festiva. La habilidad de los consumidores para navegar este entorno incierto será crucial para el consumo en los próximos meses.

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