Cómo el camino inesperado del fundador puede ser una ventaja en tecnología industrial.

Thomas Lee Young se presenta como un perfil poco común en el competitivo escenario de Silicon Valley. A sus 24 años, lidera Interface, una startup de San Francisco que utiliza inteligencia artificial para prevenir accidentes industriales. Con un acento caribeño y un apellido chino, Young ha vivido una travesía singular que definen tanto su identidad como su empresa.

Originario de Trinidad y Tobago, Young creció rodeado de la industria petrolera, gracias a una familia de ingenieros. Su crianza en un entorno marcado por la ingeniería y la exploración de gas y petróleo le ha otorgado una perspectiva única en las reuniones con ejecutivos del sector.

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Desde los 11 años, Young tenía la mira puesta en el Instituto de Tecnología de California (Caltech), siendo capaz de expresar su pasión en una solicitud que incluyó un ingenioso proyecto sobre un Roomba convertido en un mapa espacial 3D de su hogar. Su esfuerzo fue recompensado con una admisión en 2020, aunque la pandemia de COVID-19 alteró significativamente sus planes, provocando complicaciones con su visa y afectando su fondo universitario.

Ante el inesperado cambio, Young optó por un programa de ingeniería más económico en la Universidad de Bristol, donde trabajó con Jaguar Land Rover en el diseño de sistemas de seguridad industrial. Allí se dio cuenta del grave problema que enfrentan muchas empresas: la ineptitud de las herramientas de gestión de documentación de seguridad.

Al no obtener interés de Jaguar para desarrollar una solución, decidió buscar nuevas oportunidades y se postuló para Entrepreneur First, un incubadora de talentos en Europa. Su astucia y determinación lo llevaron a dejar su trabajo para fundar Interface junto a su cofundador, Aaryan Mehta, un colega con un recorrido similar que también se vio afectado por restricciones de visa durante la pandemia.

Interface pretende revolucionar la seguridad industrial usando IA para auditar procedimientos y garantizar que no existan errores que pongan en riesgo la vida de los trabajadores. Su software ha demostrado un impacto notable: en un proyecto con una de las principales empresas energéticas de Canadá, descubrió 10,800 errores en menos de tres meses, errores que, si no se corrigen, podrían costar vidas. Estos hallazgos han llevado a contratos significativos, con un contrato que supera los 2.5 millones de dólares anuales.

Los desafíos que enfrenta Young están influenciados por su juventud y su trasfondo diverso, que a menudo suscitan escepticismo entre líderes de la industria. Sin embargo, su capacidad para demostrar su conocimiento y su enfoque en el ahorro de tiempo y dinero han convertido esas dudas iniciales en promesas de apoyo.

El equipo de Interface está en expansión, buscando reclutar talentos rápidamente para satisfacer la alta demanda. Young, que mantiene su conexión con la industria al visitar sitios de trabajo, encuentra en estas interacciones una ventaja única para atraer a ingenieros y profesionales.

Así, mientras se adentra en el vibrante mundo de Silicon Valley, Young reconoce que, a diferencia de lo que soñó de niño, su vida actual es una mezcla de largas horas y mucha dedicación. Sin embargo, con cada logro, queda patente que sus raíces y su enfoque audaz son el catalizador que impulsa tanto a él como a su empresa hacia adelante. Esta trayectoria, marcada por la perseverancia y la innovación, sugiere un futuro prometedor en una industria en constante evolución.

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