La imagen del Camp Nou con más de 30.000 aficionados del Eintracht de Francfurt el pasado Jueves Santo ha dejado a la vista el escaso control de los equipos de fútbol sobre la venta de entradas. El presidente del Barcelona, Joan Laporta, culpó directamente a los socios que aprovecharon la festividad de la Semana Santa para vender masivamente sus entradas a hinchas alemanes a cambio de una suculenta plusvalía.
Pero en la consecución de esa imagen de un estadio de fútbol abarrotado con hinchas del equipo visitante tiene mucho que ver el actual reparto de los ingresos. La venta de entradas supone entre el 15% y el 25% de los ingresos de los equipos, mientras que los derechos televisivos representan un 60% del total. Y la gestora de los derechos televisivos (La Liga) ha establecido obligaciones a los equipos para que determinadas áreas del estadio que cubren las cámaras durante la retransmisión estén siempre cubiertas con público.
Ocupaciones de la grada
En el reglamento de este organismo se recuerda que la ocupación de la grada opuesta a la posición de la cámara principal debe ser al menos de al menos un 75%. “En caso contrario serán aplicables las sanciones previstas en este reglamento. En caso de que la ocupación sea inferior al 50%, dicha sanción se duplicará”, recalca el texto. Por ese motivo muchos equipos prefieren perder dinero a cambio de no tener el estadio vacío. Un elemento de presión para los equipos, con unas áreas de ventas propias poco profesionalizadas, que optan por trabajar con terceros para garantizarse la venta de entradas.
El principal elemento distorsionador, según Javier Serrano, director general de Sports Industry Research, es el mercado secundario, en el que la gente compra y vende las entradas sin límites y sin control, y que está monopolizado por grandes plataformas estadounidenses como Ticketmaster, StubHub, Live Nation, SeatGeek, Vividseats o TickPick o la británica Viagogo.
El lucrativo negocio de los derechos televisivos
Montante. Los 20 equipos que disputan la Liga Santander se reparten 1.477 millones de euros al año por los derechos televisivos. De ese montante, el Barcelona percibe 165,6 millones, lo que le permite situarse en la primera posición, apenas dos millones por encima del Real Madrid, con 163 millones de euros. El tercero en el ranking es el Atlético, con 130,1 millones de euros y el cuarto, muy lejos, es el Sevilla con 84,2 millones
Criterios. Para el reparto de los fondos se fijan tres criterios: un 50% se distribuye a partes iguales entre todos los equipos; otro 25% en función de los resultados deportivos de las últimas cinco temporadas (en los que se pondera más los años más recientes) y otro 25% por implantación social (número de abonos y entradas vendidas, audiencias logradas en televisión y repercusión en redes sociales).
CVC. En este último reparto de fondos no se aprecia la influencia de la operación liderada por el fondo de inversión CVC, al que casi la totalidad de los clubes de LaLiga han cedido un 11% de sus derechos de TV (a partir de la temporada 21-22) a cambio de una inversión de casi 2.000 millones de euros en el Proyecto Impulso, de los que el 70% deberá ir a infraestructuras, un 15% a reducir deuda financiera y otro 15% para fichajes y salarios de los jugadores.
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