La preservación del patrimonio cultural va más allá de la mera conservación de objetos antiguos; es un ejercicio que implica mantener vivas las historias que estos cuentan. Esta es la filosofía que promueve Adam Lowe, un destacado director de Factum Arte y fundador de la Fundación Factum, instituciones que fusionan arte, ciencia y tecnología. Lowe destaca la importancia de escuchar las narrativas ocultas en las superficies de los objetos, un proceso que requiere tiempo, dedicación y un compromiso firme con el pasado.
Nacido en Oxford en 1959, Lowe desarrolló su carrera artística en la Ruskin School of Drawing y en el Royal College of Art. Su trabajo inicial, centrado en la pintura realista y la impresión experimental, evolucionó hacia una fascinación por la biografía de los objetos a través de su superficie. Cada pieza artística, desde una pintura renacentista hasta un fragmento arqueológico, posee una historia única inscrita en su relieve, revelando detalles sobre su creación, envejecimiento y tratamiento a lo largo del tiempo.
En 2001, fundó Factum Arte junto a Manuel Franquelo y Nando Guereta, un estudio inicialmente orientado a colaborar con artistas contemporáneos en proyectos técnicamente complejos. Pocos años después, en 2006, el equipo se embarcó en la monumental tarea de crear un facsímil de la obra Las bodas de Caná, un lienzo renacentista de grandes dimensiones que había sido retirado de su lugar original en Venecia. La necesidad de innovar motivó al equipo a diseñar un escáner único que cumpliera con las estrictas restricciones del museo.
La base de esta labor se expandió con la creación de la Fundación Factum para la Tecnología Digital en la Preservación, inaugurada en Madrid en 2009. Su misión se centra en registrar el patrimonio cultural, crear facsímiles precisos y desarrollar tecnologías accesibles que ayuden a contar nuevas historias y a presentar exposiciones enriquecidas por estos datos.
Lowe resalta que el enfoque de la fundación sobre la propiedad de los datos es claro, asegurando que los registros realizados pertenecen a las instituciones o personas responsables. Este modelo no solo protege los derechos del propietario, sino que favorece la colaboración y el acceso a la información.
En el marco de los avances tecnológicos, Factum explora el uso de la inteligencia artificial de manera precisa y definida. Con la colaboración de artistas y expertos en machine learning, el equipo analiza datos tridimensionales y utiliza sistemas de reconocimiento de patrones, permitiendo hallazgos que complementan la observación humana. A través de procesos documentados y transparentes, Lowe enfatiza que la calidad, verificabilidad y accesibilidad de los datos son fundamentales.
La relación de Lowe con México comenzó en los años 90 y se ha fortalecido mediante colaboraciones con artistas locales como Gabriel Orozco y Jan Hendrix. Sus trabajos, que incluyen la producción de facsímiles de esqueletos de ballena y la elaboración de tapices monumentales, reflejan el compromiso de Lowe con las narrativas culturales de la región.
Lowe concluye señalando que la preservación del patrimonio requiere tiempo y recursos, y que cada objeto cuenta una historia que merece ser respetada. En su visión, la superficie de un objeto contiene información valiosa, y es a través de la atención y el apoyo que se puede garantizar la protección de nuestros legados culturales.
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