Constructoras de la CMIC aguardan 3,000 mdp de Pemex

La situación financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex) está generando una creciente preocupación entre las empresas afiliadas a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC). Actualmente, la deuda que Pemex mantiene con estas empresas alcanza la impresionante cifra de 3,000 millones de pesos. Este monto no solo es alarmante, sino que también está poniendo en riesgo la viabilidad de muchas de estas compañías, algunas de las cuales se encuentran al borde de la quiebra.

Luis Rafael Méndez Jaled, presidente nacional de la CMIC, ha indicado que esta cifra podría aumentar hasta 7,000 millones de pesos, dado que hay muchas empresas que, temerosas de represalias, se han mostrado reacias a proporcionar información sobre sus propias deudas. “El tema de Pemex está muy delicado. Muchísimas familias están a punto de quedarse sin empleo, los empresarios ya no pueden sostener esto”, advirtió en una reciente conferencia de prensa.

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La crisis no se limita a las cifras; también se refleja en las decisiones difíciles que han tenido que tomar algunos empresarios. Ha habido casos en los que han tenido que empeñar sus pertenencias simplemente para poder asegurar el salario base de sus trabajadores. Ante un entorno económico complicado, esta medida extrema subraya la gravedad de la situación.

La CMIC ha documentado alrededor de 310 facturas y evidencia de pagos pendientes, muchas de las cuales tienen más de un año sin ser saldadas. Esto ha generado una presión insostenible en el sector, especialmente en regiones vulnerables como el Corredor Transístmico, con un impacto notable en los estados de Oaxaca (Salina Cruz) y Veracruz (Coatzacoalcos).

La problemática se ha intensificado y sigue evolucionando, lo que hace imperativa una atención urgente por parte de las autoridades y del propio Pemex. Si esta situación persiste, el futuro de miles de empleos en la industria de la construcción estará en serio peligro, además de comprometer la estabilidad económica de las comunidades afectadas. La necesidad de soluciones efectivas y viables nunca ha sido tan urgente.

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