La reciente suspensión del presentador Jimmy Kimmel por parte de ABC ha puesto de relieve el considerable poder que ejerce el expresidente Donald Trump sobre los medios de comunicación y las plataformas digitales. Este movimiento ha sido interpretado como un intento de silenciar las voces críticas y castigar a las instituciones que no se alinean con su visión política.
La decisión de ABC llegó bajo la presión de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) y se desencadenó tras comentarios de Kimmel relacionados con el caso del asesinato del activista conservador Charlie Kirk. Este episodio ha suscitado inquietud no solo en el ámbito mediático, sino también en lo que respecta a la libertad de expresión en el país. Brendan Carr, presidente de la FCC, que fue nombrado por Trump, no ha dudado en amenazar con revocar las licencias de las emisoras que se atrevan a emitir lo que él califica de “basura”.
El panorama mediático está dominado cada vez más por individuos y empresas que respalden la agenda de Trump o que hayan contribuido a su campaña. Por ejemplo, Oracle, cuyo fundador, Larry Ellison, es un notable donante del Partido Republicano, se encuentra en una posición ventajosa para adquirir los activos de TikTok en Estados Unidos. En estos momentos, la administración Trump está en negociaciones para facilitar esa venta, lo que supondría continuar las operaciones de la popular plataforma de intercambio de videos.
El impacto de estas dinámicas no se limita a un caso aislado. Empresas importantes como CBS y Meta Platforms han empezado a realizar ajustes editoriales que podrían allanar el camino hacia una cobertura menos crítica de Trump. Victor Pickard, profesor de política mediática en la Universidad de Pensilvania, advierte que se observa un deslizamiento constante hacia la derecha en muchos de los principales medios de comunicación en Estados Unidos, sin vislumbrar una fuerza que contrarreste esa tendencia.
Este es el segundo caso en el que Disney, empresa matriz de ABC, ha tomado medidas en respuesta a comentarios emitidos en antena desde la reelección de Trump. En diciembre, ABC News acordó donar 15 millones de dólares a la biblioteca presidencial de Trump como parte de un acuerdo relacionado con comentarios realizados por el presentador George Stephanopoulos sobre las denuncias de abuso sexual en su contra.
La preocupación por la libertad de expresión se ve reflejada también en el ámbito digital. Los conservadores han presionado efectivamente a las plataformas digitales para que moderen menos el contenido considerado sesgado. La adquisición de Twitter por parte de Elon Musk ha traído consigo cambios significativos, incluyendo la restauración de cuentas de conservadores que habían sido previamente vetadas y la eliminación del equipo de Confianza y Seguridad.
Cambios similares se observan en Meta Platforms, que ha disuelto su programa de verificación de hechos, y ha integrado aliados de Trump en su junta directiva. Mark Zuckerberg, CEO de Meta, afirmó que se necesita regresar a los principios de libertad de expresión tras recibir críticas por “demasiada censura”.
Esta información fue reportada por primera vez el 20 de septiembre de 2025, y refleja un momento crítico en la intersección entre política y medios de comunicación en Estados Unidos.
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