Corea del Sur se ha posicionado en estado de alerta ante el reciente anuncio de México sobre la implementación de un plan arancelario que podría alterar significativamente su relación comercial en América Latina. Con un enfoque particular en los sectores automotriz y de electrodomésticos, donde los conglomerados surcoreanos han cultivado una fuerte presencia, las autoridades de Seúl han manifestado su intención de minimizar el impacto de estas medidas.
El Ministerio de Comercio surcoreano ha indicado que se llevará a cabo una vigilancia constante de la situación. La colaboración entre la industria y los gobiernos locales será clave para abordar los desafíos que surgen de este nuevo escenario. El plan arancelario, que contempla aumentos de hasta el 50 % en diversas áreas –incluidos automóviles, partes de vehículos, acero, aluminio y electrodomésticos– tiene como objetivo proteger la industria mexicana de prácticas consideradas desleales, como el “dumping”. Este enfoque afecta de forma crítica a países que no tienen acuerdos de libre comercio con México, como Corea del Sur, así como a China y la India.
Empresas emblemáticas como Hyundai y Kia en el ámbito automotriz, y Samsung y LG en el sector de electrodomésticos, han sido pilares de la inversión surcoreana en México, beneficiándose del flujo de exportaciones libres de aranceles gracias al tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, la preocupación ahora recae sobre el sector de autopartes, que podría experimentar severos efectos bajo el nuevo esquema arancelario.
A pesar de la incertidumbre, ha habido un aire de cautela ante la falta de detalles respecto al nuevo paquete, que aún necesita la aprobación del Congreso de la Unión antes de entrar en vigor en 2026. Las autoridades surcoreanas también han hallado un rayo de optimismo, recordando que sus empresas ya gozan de ciertos programas de exenciones que las han protegido en las ocasiones anteriores en las que México aplicó aumentos de aranceles en 2023 y 2024.
Este enfoque medido y cuidadoso de Seúl contrasta dramáticamente con la respuesta inmediata de China, que ha dejado claro su compromiso de defender sus intereses frente a estas medidas. Tanto analistas como expertos sugieren que el movimiento de México puede estar, en parte, influenciado por presiones de Estados Unidos, buscando limitar la entrada de productos asiáticos a su mercado. No obstante, la presidenta Claudia Sheinbaum ha desmentido tales afirmaciones de manera categórica.
En este contexto, la situación continúa desarrollándose, y tanto Corea del Sur como otros países involucrados estarán atentos a las decisiones que tomen las autoridades mexicanas en los próximos meses, mientras el panorama comercial en la región se transforma rápidamente.
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