Cortarán señal telefónica en 27 cárceles

La lucha contra la extorsión en México ha tomado un nuevo rumbo, con el anuncio del titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, de implementar un bloqueo de señales telefónicas en 14 reclusorios federales y 13 penales de la Ciudad de México a partir del primer trimestre de 2026. Esta medida busca atacar una raíz del problema: hasta el 56% de las llamadas de extorsión que afectan a la población provienen de solo 12 centros penitenciarios.

García Harfuch expuso estos planes en una conferencia de prensa celebrada en el Salón de Tesorería, destacando la urgencia de erradicar un delito que se ha vuelto común en el país. Entre julio y noviembre de 2025, se detuvieron a 615 individuos vinculados a extorsiones, un contexto alarmante que ha llevado a las autoridades a buscar soluciones efectivas para mitigar este fenómeno.

Las técnicas para bloquear las comunicaciones ya están en marcha. Se han instalado inhibidores de señal y sistemas de circuitos cerrados dentro de los penales, junto a sensores de movimiento y escáneres de seguridad de última tecnología. Esta estrategia integral no solo busca cortar la comunicación de los reclusos con el exterior, sino también fortalecer la seguridad dentro de los centros penitenciarios.

Además, durante noviembre, se registró la detención de 1,761 personas relacionadas con delitos de alto impacto, así como la incautación de 15 toneladas de droga y más de 1,100 armas de fuego. Estos operativos resaltan un esfuerzo renovado por parte del gobierno mexicano para enfrentar la violencia y los delitos en un contexto donde se cometieron más de 33 millones de delitos en 2024.

Estos anuncios se producen en un momento crítico para la seguridad en México, donde la percepción de impunidad y la necesidad de una respuesta más contundente a la criminalidad son más urgentes que nunca. Con estas medidas, el gobierno busca no solo reducir las extorsiones, sino también enviar un mensaje claro: la lucha contra el crimen organizado continúa firmemente, desmontando las estructuras que permiten que estas actividades prosperen desde dentro de los reclusorios.

De manera que, mientras la implementación de inhibidores de señal se acerca, el país observa y espera resultados concretos de estas estrategias, que prometen marcar un antes y un después en la lucha contra uno de los delitos más preocupantes de la sociedad mexicana.

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