La pandemia de COVID-19 ha sido un parteaguas en la historia de la conectividad digital en México, acelerando el uso de internet de manera significativa. Durante los momentos más críticos de la crisis sanitaria, miles de mexicanos encontraron en la red una herramienta indispensable para continuar con sus actividades diarias. Desde la educación hasta el teletrabajo, el internet se convirtió en el principal canal para mantener la comunicación y el acceso a servicios esenciales.
Según datos recientes, la población con acceso a internet en el país creció exponencialmente. En un contexto donde el confinamiento limitó las interacciones cara a cara, la necesidad de conectividad no solo se volvió un lujo, sino una necesidad. Esta situación llevó a un incremento de un 17% en el número de usuarios de internet, reflejando una tendencia que parece haber llegado para quedarse.
Las nuevas normales laborales trajeron consigo la popularización del teletrabajo, lo que obligó a muchas empresas a adaptarse rápidamente a plataformas digitales. Herramientas de videoconferencia, aplicaciones de gestión de proyectos y otros servicios en línea se convirtieron en la columna vertebral de la productividad laboral. Esto no solo transformó la manera en la que las empresas operan, sino que también propició un cambio en la cultura laboral, priorizando la flexibilidad y la adaptación al entorno digital.
El sector educativo también experimentó una metamorfosis notable. Las instituciones, que tradicionalmente dependían de la enseñanza presencial, mudaron sus clases al formato virtual, impulsando la demanda de plataformas educativas y aumentando el uso de recursos digitales. Este cambio, aunque desafiante, permitió que muchos estudiantes continuaran su aprendizaje en medio de la crisis, abriendo la puerta a nuevas metodologías y técnicas educativas que podrían perdurar en el tiempo.
No obstante, el crecimiento del uso de internet también ha puesto de relieve la problemática de la desigualdad digital en el país. Aún existe una parte significativa de la población que carece de acceso a Internet de calidad, lo que limita su capacidad para aprovechar las oportunidades que presenta la era digital. Este desafío requiere atención urgente, tanto de las autoridades como de los proveedores de servicios, para garantizar que la conectividad y el acceso a la información sean universales y equitativos.
Con el avance de la vacunación y la disminución de las restricciones, muchos se preguntan si esta tendencia de digitalización continuará. Lo seguro es que la pandemia ha marcado un antes y un después en la interacción de los mexicanos con la tecnología. A medida que el país se adentra en un nuevo capítulo, la habilidad de adaptar un entorno digital estará en el centro de la conversación sobre el futuro económico, educativo y social del país.
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