El pasado primero de junio de 2025, la intersección de Insurgentes Sur y Yucatán se transformó en un punto de expresión artística y política en la Ciudad de México. Más de 30 artistas se unieron para convertir una antigua pared de estacionamiento en una galería al aire libre, alzando su voz contra la situación en Palestina.
En un ambiente marcado por el murmullo del tráfico y la tranquilidad del mediodía, el evento se convirtió en un acto de desahogo colectivo y resistencia cultural. “Estamos aquí porque nos duele el mundo”, rezaba el cartel de convocatoria, en el que los organizadores expresaron su profunda angustia ante diversas crisis globales, desde el conflicto en Ucrania hasta las tragedias enfrentadas por migrantes en Centroamérica, sin olvidar el sufrimiento del pueblo palestino.
Las obras creadas abarcaron una amplia gama de mensajes visuales, desde rostros cubiertos por pañuelos hasta mapas desgarrados y cruces que simbolizaban vidas perdidas. Un fragmento del manifiesto que acompaña esta protesta visual, firmado por más de 700 escritores, reafirmaba la idea de que “es injustificable” el trato al que se ha sometido a los palestinos.
Gabriel Macotela, un destacado referente del arte en México y uno de los organizadores del evento, subrayó que estas intervenciones han tenido lugar en el pasado sobre esta misma superficie, sirviendo siempre para dar voz a causas urgentes. “Lo que está ocurriendo en Palestina no es una cuestión de religiones ni de banderas; es una cuestión de humanidad, ética y no violencia”, enfatizó. Su intención se centra en manifestar la urgencia de detener el conflicto a través del arte como un medio de diálogo.
Durante el evento, Demián Flores presentó una obra conmovedora dedicada a Antonio Ortiz “Gritón”, un activista y amigo fallecido. El retrato, rodeado por colores de la bandera palestina y la frase “Palestina libre”, representa no solo un homenaje personal, sino también una declaración de resistencia.
El artista mazateco, Filogonio García Calixto, destacó el poder que tiene el arte para representar la lucha. “La cruz es un alto. Ya no más muerte”, afirmó. Otra obra emotiva recordaba al escritor Salem Al-Naffar, quien fue asesinado en Gaza en 2023, y llevó un poema que hablaba de la persistencia de la vida ante la adversidad.
Artistas como Teresa Barrera también se unieron a esta manifestación, creando obras que invitan a la reflexión sobre la ocupación y el sufrimiento en Palestina. Sus piezas, cargadas de simbolismo, buscan llamar la atención sobre la injusticia y la necesidad de paz.
Aunque la jornada cultural enfrentó a la lluvia, el arte y el mensaje de paz resistieron. “Gaza duele, y el arte no calla”, se convirtió en un lema que resonó entre los participantes, reafirmando la importancia de la expresión artística en tiempos de crisis.
La intervención de estos artistas no solo plasma su indignación ante el sufrimiento ajeno, sino que, a través del arte, también se convierten en portavoces de las luchas y esperanzas de aquellos que no tienen voz en un mundo en constante conflicto.
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