De acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos (PPEF) 2026, se anticipa un notable incremento del 15.4% en términos reales para el Anexo 30, destinado a la lucha contra la corrupción, alcanzando los 9,599 millones de pesos. Esta cifra representa un aumento de 1,278 millones en comparación con los 8,320 millones asignados en 2025.
Una de las novedades más significativas del PPEF 2026, presentado a la Cámara de Diputados el 8 de septiembre, es la ampliación de las secretarías y organismos que recibirán fondos para abordar la corrupción: 16 dependencias se beneficiarán por primera vez, contrastando con la ausencia de recursos en el ejercicio anterior. Entre ellas, se encuentran instituciones como Gobernación, Defensa Nacional, y salud, sumando diversas cantidades que oscilan desde 1.0 mdp hasta 1,693 mdp para el ISSSTE, que se posiciona como la que más recursos recibirá en esta nueva asignación.
Por otro lado, se observan recortes drásticos para algunas entidades que ya contaban con presupuesto en 2025. La Secretaría de Educación Pública es la más afectada, con una reducción del 79.1%, pasando de 1,141 a 237 millones de pesos. Asimismo, la Secretaría de Hacienda podría sufrir una caída del 66.4%, y la Secretaría Anticorrupción verá un ajuste del 34.9%.
Sin embargo, esta estrategia ha generado ciertas preocupaciones en el ámbito del combate a la corrupción. Expertos advierten que, a pesar de la diversificación de recursos, se corre el riesgo de crear una dispersión que podría conducir a la opacidad y la discrecionalidad en el uso de fondos. Sarahí Salvatierra, de Fundar, señala que la falta de claridad en las estrategias de las asignaciones puede contribuir a un entorno poco transparente. Por ejemplo, el objetivo del sector Cultura es demasiado amplio, lo que podría desviar los recursos hacia fines diferentes a los originalmente establecidos.
Natalia Campos, del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), subraya que, aunque los montos parezcan escasos en comparación con el presupuesto general de las dependencias, la falta de especificidad en las acciones dificulta la medición de su impacto en la lucha contra la corrupción. Instituciones como la Fiscalía Anticorrupción ofrecen claridad en sus funciones, pero en áreas menos definidas, como Turísmo, surge la pregunta de si los recursos realmente se traducirán en acciones concretas.
Además, los recortes en el presupuesto de la Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno, junto con la reducción de recursos a la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional Anticorrupción, generan inquietudes sobre el futuro de la política nacional. Con este panorama, el Anexo 30 debería alinearse mejor con la Política Nacional Anticorrupción para asegurar que los esfuerzos sean efectivos y transparentes.
Esta información corresponde a la fecha de publicación original (2025-09-10 01:21:00) y refleja las decisiones y contextos de dicha época, lo que hace imperativo asegurar un seguimiento adecuado para evitar futuros contratiempos en la lucha contra la corrupción.
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