El impacto económico del crash de 2007 ha dejado huellas profundas en nuestras estructuras sociales y económicas, resaltando la necesidad de diferenciar entre el Crecimiento Económico y el Desarrollo Económico. Mientras que el primero ha sido tradicionalmente el más debatido, el segundo se revela como esencial para el bienestar colectivo.
La esencia de ambos conceptos radica en la Productividad. Estudios recientes demuestran que, para alcanzar niveles óptimos de bienestar, es imprescindible incorporar a la mayor cantidad posible de sectores y personas en el proceso de crecimiento. Esto implica que el Crecimiento Económico sostenible debe ser inclusivo, promoviendo la participación activa de numerosos agentes económicos. Si este crecimiento se basa únicamente en unos pocos, las perspectivas de un Desarrollo Económico eficiente se ven comprometidas, generando dificultades para asegurar su continuidad a largo plazo.
Los gobiernos desempeñan un papel crucial en este contexto. Es esencial que legislen de manera que favorezcan el desarrollo de industrias competitivas, capaces de generar un alto valor añadido. Estas industrias deben tener la capacidad de enraizarse en el país, adaptándose a las condiciones locales y aprovechando los recursos y factores de producción disponibles. El objetivo es claro: crear riqueza que beneficie al mayor número posible de personas.
Si una economía se construye de tal manera que solo un pequeño porcentaje de la población se beneficia, los resultados serán insostenibles. Esta exclusión conducirá a una falta de Desarrollo Económico en toda regla, y los problemas resultantes no solo afectarán a los individuos y comunidades locales, sino que también resonarán en el ámbito internacional.
En este contexto, es vital que se fomente un crecimiento que no solo sea cuantitativo, sino también cualitativo. Al lograr una mayor participación de la sociedad en el crecimiento económico, se pueden cimentar las bases para un Desarrollo Económico sostenible y duradero. Así, no solamente se aumenta la expectativa de vida y se mejora el bienestar, sino que también se propicia una estabilidad que beneficia, en última instancia, a toda la comunidad global.
La realidad es que un Desarrollo Económico adecuado es la clave para evitar los problemas sociales que surgen en su ausencia. La responsabilidad recae sobre todos: desde los gobiernos hasta los ciudadanos, todos debemos trabajar en pro de una economía más inclusiva y equitativa.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial. No olvides comentar sobre este articulo directamente en la parte inferior de esta página, tu comentario es muy importante para nuestra área de redacción y nuestros lectores.