La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado una emergencia internacional debido al brote de viruela del mono, que ha afectado a varios países, especialmente en Europa. España se destaca con más de 4.000 casos reportados y dos muertes, convirtiéndose junto a Reino Unido y Alemania en uno de los países con mayor incidencia en el continente. Las comunidades autónomas más afectadas incluyen Madrid, Cataluña y Andalucía, y aunque se ha activado la alerta sanitaria, se ha subrayado que el riesgo de una nueva pandemia es bajo.
La viruela del mono, también conocida como viruela símica, es una enfermedad zoonótica provocada por un virus del género orthopoxvirus, al igual que el conocido virus de la viruela. Aunque su nombre sugiere que los monos son su principal reservorio, investigadoras y expertos apuntan a pequeños roedores y ardillas de selvas tropicales como transmisores más probables. Históricamente, los casos se han concentrado en África central y occidental, donde la enfermedad es endémica.
Recientemente, se han detectado casos en diversos países no endémicos, marcando un hito al observarse brotes simultáneos en distintas regiones sin vinculación a viajes a áreas previamente afectadas. Este fenómeno ha generado curiosidad entre investigadores acerca de la dispersión geográfica del virus.
El virus no se propaga fácilmente de persona a persona, lo que sitúa el riesgo para la población general en un nivel bajo. La transmisión puede ocurrir por contacto directo con fluidos corporales, heridas, gotículas, y otros materiales contaminados. Se destacan ciertos patrones en la población afectada, siendo la mayoría hombres que han mantenido relaciones sexuales con otros hombres, aunque se enfatiza que no es exclusivo de ningún colectivo y que no se trata de una enfermedad de transmisión sexual.
La viruela del mono muestra síntomas similares a los de la viruela, aunque generalmente más leves. La manifestación inicial incluye fiebre, dolor de cabeza, y ganglios linfáticos inflamados, seguido por una erupción cutánea que puede aparecer en diferentes partes del cuerpo. Esta enfermedad, que dura de dos a cuatro semanas, puede causar lesiones significativas en la piel.
En términos de tratamiento, actualmente no existe una medicación específica para combatir la infección. Sin embargo, la vacuna contra la viruela tradicional, que había quedado desactualizada tras la erradicación de esta enfermedad, podría ser una opción eficaz en un contexto de prevención frente a la viruela del mono. Las autoridades en España están considerando la adquisición de dosis de estas vacunas, aunque se indica que no se llevaría a cabo una campaña de vacunación masiva, sino que se centrarían en contactos cercanos.
La situación, según explican los expertos, no representa tanto una amenaza como lo fue la pandemia de COVID-19. Con un enfoque proactivo y la vigilancia activa de las autoridades, se busca controlar este brote y garantizar la salud pública.
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