Los estados de Campeche y Tabasco, emblemáticos por su riqueza petrolera, han enfrentado un notable descenso en sus exportaciones durante los primeros meses de 2025, según informes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Este declive se alinea con las previsiones de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), que ha optado por reducir drásticamente sus ventas al extranjero.
Durante el primer trimestre del año, Pemex recortó en un 23% el volumen de crudo y derivados que exporta, centrándose en la refinación interna de combustibles. Este enfoque se debe al desgaste natural de sus campos de producción, afectando directamente a las economías estatales que han dependido históricamente de la industria petrolera.
Tabasco, por su parte, ha visto una caída del 15.9% en sus exportaciones, alcanzando un total de 1,955 millones de dólares. La extracción de petróleo y gas, que representa la gran mayoría de la actividad económica en el estado, se redujo en un 28% en comparación con el año anterior. La dependencia de estos sectores ha conllevado a una incertidumbre económica que se traduce en altibajos para las comunidades locales.
Campeche también está experimentando tiempos difíciles, con exportaciones de petróleo y gas que totalizan 2,481 millones de dólares, marcando una caída del 23.5% y el nivel más bajo desde mediados de 2020. Este desplome es preocupante, ya que el 98% de las exportaciones de Campeche provienen del sector petrolero. La actividad de Pemex no solo afecta los ingresos estatales, sino que también impacta en el empleo, con posibles recortes y una disminución de oportunidades laborales para los contratistas locales.
Estos estados han sufrido durante años el declive en la producción de crudo por parte de Pemex, que ha registrado siete trimestres consecutivos en números negativos. Esta estrategia de priorizar el abastecimiento a refinerías locales sobre las exportaciones refleja no solo un problema operativo de la empresa, sino también un escenario complicado para las economías de Campeche y Tabasco, que se encuentran en proceso de asimilar las consecuencias de esta situación.
A medida que avanza el año, es esencial seguir de cerca cómo esta tendencia afectará a los millones de mexicanos que dependen de la industria petrolera en estas regiones y cómo se adaptarán a los cambios económicos que se avecinan. La evolución del sector será clave para el futuro no solo de las economías locales, sino del país en su conjunto.
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