La búsqueda de justicia y verdad se ha visto interrumpida por un hecho alarmante en Mazatlán, Sinaloa. María de los Ángeles Valenzuela, una activista por los derechos humanos, fue secuestrada el martes 14 de octubre mientras caminaba junto a su madre en la colonia Salvador Allende. Este acto atroz ha generado una ola de indignación y preocupación, llevando a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) y a diversas organizaciones de búsqueda de personas a exigir su aparición con vida.
María de los Ángeles tiene una trayectoria notable en la defensa de los derechos de aquellos que han sufrido la desaparición de sus seres queridos. Forma parte de colectivos como “Corazones Unidos por una Misma Causa” y anteriormente contribuyó al grupo “Por las Voces sin Justicia”. Su compromiso se acentúa por su historia personal: busca a su padre, quien desapareció el 15 de noviembre de 2024, y a su primo, desaparecido el 12 de febrero de este año, ambos en la misma región donde ella fue secuestrada.
Los detalles del secuestro son desgarradores. Según los informes iniciales, María fue interceptada por hombres armados en un automóvil blanco mientras realizaba compras. Desde ese momento, su paradero es desconocido, dejando a su familia y a la comunidad en un estado de angustia e incertidumbre. Al parecer, su regreso a Mazatlán fue motivado por el deseo de volver a su hogar, tras haber sido desplazados por amenazas de muerte tras el secuestro de su padre.
Este caso se enmarca en un contexto crítico en Mazatlán, donde las desapariciones forzadas han aumentado notablemente. Recientemente, otro caso ha suscitado atención mediática: el secuestro de Carlos Emilio Galván, un joven que fue privado de su libertad mientras utilizaba el baño en un bar. Estos incidentes han llevado a las autoridades de Durango a instar a los jóvenes a tener precaución al salir a divertirse en la ciudad.
La problemática de las desapariciones se ha vuelto alarmante, y la exigencia de justicia y respuestas crece cada día. La comunidad, en unidad con organismos de derechos humanos, pide que se intensifiquen los esfuerzos para localizar a María de los Ángeles Valenzuela y a otros desaparecidos. La sombra de la impunidad amenaza y se requiere una acción colectiva para enfrentar esta crisis que afecta a tantas familias en Sinaloa.
Es vital que no se pierda la memoria de quienes han sido víctimas de la violencia, y que sus historias se mantengan vivas en la lucha por la justicia. La esperanza es que María de los Ángeles regrese pronto y que su caso impulse una reflexión profunda sobre la situación de los derechos humanos en la región.
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