Las empresas han comenzado a reconocer la necesidad de que sus empleados se desconecten del trabajo, buscando mejorar su bienestar y evitar el agotamiento. Esta tendencia no solo tiene beneficios para los trabajadores, sino que también resulta ventajosa para las organizaciones, ya que descansar adecuadamente puede incrementar la productividad.
No obstante, un estudio reciente ha evidenciado una contradicción notable: a pesar de que los gerentes valoran el descanso de sus empleados y el equilibrio entre vida laboral y personal, a menudo penalizan a aquellos que se toman ese tiempo para desconectar. Este fenómeno se ha denominado la “paradoja del desapego”.
Investigadoras de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong y de la IE Business School han analizado cómo los gerentes evalúan a empleados que optan por desconectarse en su tiempo libre. Su estudio, que incluía 7,800 participantes, mostró que, aunque los gerentes reconocen que los trabajadores que se desconectan durante el fin de semana regresan con más energía y un mejor rendimiento, los valoran como menos comprometidos. De hecho, aquellos que establecen límites para separarse del trabajo son considerados menos propensos a promociones, incluso cuando su productividad es mayor.
Esta percepción errónea se debe a que muchas veces se asocia la disponibilidad constante con el esfuerzo y el compromiso. A pesar de reconocer que el descanso mejora el rendimiento, los gerentes parecen premiar más el compromiso visible que la productividad efectiva.
A esta presión por estar siempre disponibles, se le une un aumento creciente en los reportes de agotamiento entre empleados, que se alza un 32% en el primer trimestre de 2025. La creencia de que se puede mantener un alto rendimiento bajo cargas continuas de trabajo puede ser perjudicial a largo plazo.
Afortunadamente, la ciencia respalda la importancia de tomar descansos. Un metaanálisis reciente revela que los efectos revitalizantes de desconectar son significativamente mayores a los que se pensaban, con beneficios que se pueden extender hasta 43 días después de las vacaciones. Esta capacidad de desconexión se asocia directamente con un aumento en el bienestar general.
Frente a estas realidades, algunos países, como España y Australia, han comenzado a establecer marcos legales que garantizan el derecho a la desconexión digital fuera del horario laboral, protegiendo así a los empleados de presiones innecesarias. Sin embargo, la percepción de los gerentes sobre aquellos que cumplen con su horario puede seguir afectando negativamente las oportunidades de carrera de los trabajadores.
El impacto de estas dinámicas en el mundo laboral es innegable y plantea preguntas sobre cómo se valoran el bienestar y el equilibrio en el trabajo actual. Los estudios subrayan que, aunque es crucial mantener un alto nivel de productividad, fomentar un entorno que respete el tiempo personal de los empleados puede llevar a una fuerza laboral más saludable y comprometida.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial. No olvides comentar sobre este articulo directamente en la parte inferior de esta página, tu comentario es muy importante para nuestra área de redacción y nuestros lectores.