En un evento que celebró la lucha y el poder transformador de las mujeres en distintas partes del mundo, la líder amazónica Fany Kuiru Castro destacó con firmeza la interconexión entre la autonomía económica y la social y política. El reconocimiento que recibió, que incluye un premio monetario, será destinado a impulsar redes de microcréditos y proyectos productivos liderados por mujeres en la Amazonía, asegurando que los beneficios de esas iniciativas lleguen a quienes más lo necesitan.
El evento, que congregó a destacadas figuras internacionales, puso el foco en la valentía de mujeres como Kuiru. Junto a ella, la activista sudanesa Hanin Ahmed fue reconocida por su trabajo en medio del conflicto en Jartum, un testimonio de resistencia en una nación marcada por la guerra civil. También destacó Christy Turlington Burns, quien, en nombre de su organización Every Mother Counts, subrayó la importancia de garantizar que cada madre tenga acceso a un entorno seguro durante el parto, enfatizando la urgencia de su misión.
La celebración también incluyó a Kim Kardashian, galardonada por su activismo en la reforma de la justicia penal en Estados Unidos. Kardashian mencionó que su trabajo es esencial no solo para modificar las leyes, sino también para salvar vidas, y reafirmó su compromiso de fomentar diálogos que promuevan la colaboración.
Completando el cuadro, Giulia Minoli, presidenta de la organización italiana Una Nessuna Centomila, fue reconocida por su contribución a la prevención de la violencia de género en su país. Cada una de estas trayectorias, aunque marcadas por contextos diversos —desde un hospital de emergencia en Sudán hasta un tribunal en California—, comparten un hilo común: la inquebrantable decisión de estas mujeres de no rendirse y de transformar el legado de la violencia en un mecanismo de supervivencia y empoderamiento colectivo.
Al inicio de la ceremonia, Von Furstenberg recordó su lema diario de realizar “al menos un milagro al día”, un mantra que resonó con fuerza en Venecia, donde el mensaje de resistencia se articuló desde la Amazonía hacia el resto del mundo. La lucha de estas mujeres trascendió fronteras, reafirmando que el activismo femenino, lejos de limitarse, se expande y se fortalece a través de la unión y la colaboración.
Con miras hacia un futuro más justo y equitativo, este evento no solo celebró logros individuales, sino que también encarnó la esperanza de que, a través de la acción colectiva, se puedan lograr cambios significativos en la sociedad.
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