Banco Azteca se posiciona como un actor único en el panorama financiero mexicano, destacando por su accesibilidad tanto en el ámbito digital como físico. Su presidente, Alejandro Valenzuela del Río, enfatiza que, a diferencia de la competencia, su red de sucursales está abierta 12 horas al día, los 365 días del año, lo cual proporciona un nivel de atención al cliente difícil de igualar en un entorno donde las fintechas están en auge.
El banco experimentó un notable crecimiento del 79% en su utilidad durante 2024, y las expectativas para 2025 son incluso más optimistas, a pesar de los desafíos actuales que él describe como una “pandemia distinta” que involucra cambios comerciales y aranceles.
Valenzuela resalta que Banco Azteca se define como un “banco figital”, integrando un acceso físico en sus sucursales con la funcionalidad digital de su aplicación, permitiendo que los clientes elijan la forma de operar que más les convenga. Esta dualidad es clave, especialmente para aquellos clientes que valoran el contacto humano, aspecto que los distingue de la banca tradicional que a menudo no se enfoca en la base de la pirámide.
Con una misión clara, Banco Azteca ha trabajado durante sus 23 años de existencia para bancarizar a 33 millones de mexicanos, un esfuerzo vital en un país donde la inclusión financiera es un reto persistente. No se limita a ofrecer servicios financieros, sino que también promueve la educación financiera, un aspecto crucial que muchas veces es pasado por alto en los sistemas educativos.
Aunque enfrenta el desafío de una cartera vencida de alrededor del 5%, Valenzuela considera que esta cifra es razonablemente baja para un banco de este tipo. Este éxito se debe al seguimiento personalizado que se ofrece a los clientes, ajustando los créditos a sus realidades económicas. La estructura de Banco Azteca opera de manera diferente a la de los grandes bancos al dividir su capital y ofrecer pequeñas sumas a un mayor número de individuos, lo que permite un mejor control y seguimiento de los préstamos.
El enfoque del banco no solo busca atender a quienes no han tenido acceso a servicios, sino también fomentar un crecimiento conjunto con sus clientes. El ejemplo del vendedor de tortas, que puede escalar desde un negocio individual hasta una franquicia, ilustra cómo Banco Azteca se preocupa por el desarrollo de sus asociados a largo plazo.
Mantener la lealtad de sus clientes se presenta como un desafío constante en un mercado competitivo. La capacidad de adaptarse y ofrecer servicios relevantes es lo que, según Valenzuela, mantiene a Banco Azteca en la preferencia de sus usuarios, lo cual es fundamental para su éxito continuo. Este interés por retener a los clientes, entendiendo sus necesidades, es un pilar de su filosofía empresarial.
La información anteriormente mencionada corresponde a la fecha de publicación original, el 8 de mayo de 2025, y representa la situación de Banco Azteca en ese momento.
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