En abril, la tasa de desempleo en México se situó en un 2.5% de la población económicamente activa (PEA), de acuerdo con el último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Este dato marca una ligera disminución en comparación con el 2.6% registrado en el mismo mes de 2024, aunque es un incremento respecto al 2.2% de marzo de este año.
Con un total de 1.6 millones de personas desocupadas, el número de desalentados ha visto una reducción de 43,000 individuos en comparación con abril de 2024. Además, la tasa de desocupación ha disminuido en 0.1 puntos porcentuales, lo que refleja una tendencia positiva en el mercado laboral.
La PEA en abril alcanzó los 61.5 millones de personas mayores de 15 años, lo que significó una tasa de participación del 59.4%. Este aumento incluye a 59.9 millones de personas ocupadas, un incremento de 88,000 en comparación con el mismo mes del año pasado.
Sin embargo, el panorama laboral no está exento de retos. La población considerada subocupada, aquellos que necesitan y desean trabajar más horas, asciende a 4.3 millones, representando un 7.1% de quienes están ocupados, lo que indica una caída de 346,000 personas respecto a abril de 2024.
El ámbito de la informalidad laboral es preocupante. En abril, se registraron 32.7 millones de trabajadores informales, elevando la tasa de informalidad al 54.7%. La distribución del empleo por sectores revela que el 43.9% de la población ocupada se encuentra en servicios, seguido del comercio con un 20%, manufacturas con 16.5%, actividades agropecuarias con 10.4% y construcción con 7.8%.
En cuanto a la demografía laboral, la participación de las mujeres en la PEA se cuantificó en 24.3 millones, frente a 35.6 millones de hombres, resultando en una tasa de participación del 45.4% para las mujeres y del 75.2% para los hombres.
Este panorama se produce en un contexto de crecimiento económico moderado, donde México experimentó un aumento del 0.2% en su PIB durante el primer trimestre del año, a pesar de las advertencias sobre una posible recesión, en medio de la incertidumbre comercial proveniente de Estados Unidos y un crecimiento del 1.5% en 2024. Con estos números, el tejido laboral mexicano continúa enfrentando desafíos complejos y multifacéticos, mientras busca consolidar un futuro de estabilidad y desarrollo.
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