Detención de Don Mario afecta a Los Chapitos

En un operativo interinstitucional que se llevó a cabo el 21 de diciembre, las autoridades mexicanas lograron desmantelar importantes figuras del narcotráfico en Sinaloa y Jalisco, debilitando significativamente a la facción criminal conocida como Los Chapitos. Este grupo, liderado por Iván Archivaldo Guzmán Salazar —hijo del infame Joaquín “El Chapo” Guzmán—, ha enfrentado un golpe contundente en su organización, marcado por la captura y asesinato de varios de sus operadores clave.

Entre los detenidos se encontraba Mario Lindoro Elenes, suegro de Iván Archivaldo, quien fue capturado en un operativo que involucró diversas fuerzas de seguridad, incluyendo la Defensa Nacional y la Guardia Nacional. Junto a Elenes, otras tres personas fueron arrestadas, destacando a Carlos Gabriel Reynoso García, conocido por su liderazgo criminal en el Puerto, y Jesús Arturo Dávalos Valenzuela, su acompañante.

El resultado del operativo fue notable: se incautaron dos armas de fuego, 51 cartuchos, marihuana y equipos de comunicación. Las autoridades se centraron en la colonia Los Caracoles, donde identificaron a un criminal con tres órdenes de aprehensión vigentes, lo que demuestra la estrategia coordinada para reducir la generación de violencia en la región.

El clima de inseguridad no se detuvo ahí. Mientras se reportaban las detenciones, en Culiacán se ejecutó el asesinato de Alan Gabriel Núñez Herrera, un personaje clave vinculado a Los Chapitos y señalado por su participación en el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos. Este individuo tenía un precio de un millón de dólares sobre su cabeza, ofrecido por el gobierno estadounidense por su peligrosidad y por su asociación en graves delitos como la posesión de ametralladoras y el lavado de dinero.

Núñez Herrera, a su vez, era un importante operante en el cruce de fronteras y el mercado ilícito, complicando aún más la ya tensa rivalidad con el grupo criminal rival de Los Mayitos, liderado por Ismael Zambada Sicairos. Este conflicto territorial anima un ciclo de violencia que ha sumido a Sinaloa en un estado de incertidumbre y riesgo constante.

Estas operaciones reflejan el esfuerzo de las autoridades por combatir de forma efectiva las estructuras criminales que operan en el país. La aparición de una estrategia más coordinada entre distintas instituciones de seguridad muestra que se está avanzando hacia una posible mejora en la situación de seguridad en regiones asoladas por el crimen organizado. Sin embargo, la naturaleza cambiante del narcotráfico en México sugiere que aún queda un largo camino por recorrer en la lucha contra estas poderosas facciones.

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