La presidenta Claudia Sheinbaum destacó en su reciente conferencia que el rescate de Petróleos Mexicanos (Pemex) sigue ejerciendo una fuerte presión sobre las finanzas públicas, especialmente debido a lo que calificó como la “maldita deuda corrupta” heredada de los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Esta situación plantea serios desafíos para el manejo fiscal del país, donde se han ajustado las proyecciones del déficit presupuestario de un 3.9% del Producto Interno Bruto (PIB) a un 4.3% este año, y se prevé que alcance el 4.1% en 2026.
Sheinbaum hizo un énfasis particular en los vencimientos concentrados en 2025 y 2026, lo que requiere que la Secretaría de Hacienda destine recursos extraordinarios para evitar que Pemex entre en una crisis de pagos. De hecho, solo en 2026, la empresa petrolera tendrá que desembolsar cerca de 250 mil millones de pesos, cifra que supera tres veces el costo total del nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) en la Ciudad de México.
La presidenta calificó esta deuda como “irresponsable” y subrayó que los compromisos adquiridos por las administraciones pasadas son ahora una carga significativa para el actual gobierno. Sheinbaum enfatizó que Hacienda está absorbiendo parte del costo financiero para reducir los intereses que enfrenta Pemex, y aseguró que este apoyo continuará hasta 2026, con la expectativa de que la petrolera sea financieramente autosuficiente en 2027.
Édgar Amador Zamora, secretario de Hacienda, añadió que el 46% de los compromisos de Pemex recae en el actual sexenio, y recalcó que el endeudamiento de la empresa ha aumentado un 130% en la última década, al pasar de 43 mil millones a 100 mil 500 millones de pesos. Este contexto de endeudamiento se da a la par de una notable caída en la producción de gasolinas y diésel, que pasó de 718 mil a 324 mil barriles diarios entre 2012 y 2018, un fenómeno que contrasta profundamente con el incremento de la deuda.
A la luz de esta situación, la presidenta Sheinbaum sostuvo que es crucial evitar que los recursos públicos se conviertan en un “barril sin fondo”. Para ello, Pemex planea invertir en una nueva coquizadora en la refinería de Salina Cruz y destinar capital a Deer Park, en Texas, con el objetivo de incrementar la producción de gasolina y diésel y mejorar la autosuficiencia energética del país.
Además, se busca reducir la dependencia de gas natural importado y estabilizar el consumo de hidrocarburos, mientras se considera que el crecimiento energético futuro provenga de fuentes renovables. El plan estratégico de Pemex hacia 2035 también incluye un incremento en el uso de la fracturación hidráulica para maximizar la producción de gas natural.
Con un escenario fiscal y energético complejo, la administración actual se enfrenta al reto de transformar una estructura heredada que presenta profundas dificultades, al tiempo que intenta sentar las bases para una mayor estabilidad futura.
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