Dieciocho naciones de la OEA apoyarán a Haití

El secretario general de la OEA, Albert Ramdin, anunció recientemente que 18 países se han comprometido a desplegar fuerzas de seguridad en Haití como parte de una operación antipandillas, la cual reemplazará a la actual misión multinacional de la ONU. Esta decisión llega en un contexto crítico para Haití, un país profundamente afectado por la violencia y la actividad de pandillas.

Ramdin, que visitó Haití en una misión destinada a evaluar la situación, informó que el número total de efectivos propuestos alcanzará los 5,500. Según sus declaraciones, el desafío radica en garantizar que todas las naciones participantes trabajen en conjunto y sigan un conjunto común de normas y regulaciones, lo que ha retrasado el proceso de formación de esta nueva fuerza.

La situación en Haití es alarmante; la ONU estima que el 90% de la capital, Puerto Príncipe, se encuentra bajo control de pandillas, lo que hace urgente la intervención foránea. Ramdin comentó sobre las limitaciones experimentadas durante su visita, pero subrayó que la presencia del gobierno en funciones sigue siendo un signo de que no está completamente desarticulado. “Es un indicativo de que el gobierno está activo y al mando”, afirmó el secretario general.

El despliegue de las fuerzas internacionales se realizará en fases, sin esperar a que todos los países completen su formación. Se estima que el primer contingente de fuerzas, compuesto por un millar de efectivos, podría ser enviado a principios de enero. Para el 1 de abril, se espera tener desplegada aproximadamente la mitad del total de personal previsto, coincidiendo con la creación de una oficina de apoyo de la ONU en el país.

Entre los países que han ofrecido apoyo, se destacan varios estados africanos, junto a naciones como Sri Lanka y Bangladés. Algunos países latinoamericanos también han expresado su disposición a contribuir a la estabilidad de Haití. La estrategia prevista no solo se enfoca en mitigar el impacto de las pandillas, sino que también incluye la captura de sus líderes, con el objetivo de neutralizarlos de manera efectiva.

Cabe mencionar que Kenia, un importante aliado en esta misión, ya ha comenzado a incrementar su presencia policial, desplegando cientos de agentes adicionales para mantener la presión sobre los grupos delictivos.

La comunidad internacional se encuentra en un momento crucial para abordar la crisis en Haití. La rápida implementación de estas fuerzas de seguridad podría ser determinante para restaurar el orden y ofrecer una solución sostenible a la creciente violencia que asola al país.

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