La reciente tragedia de la migración mexicana en Estados Unidos ha dejado una marca dolorosa con la confirmación de que diez migrantes mexicanos han fallecido en lo que va del año 2025 mientras se encontraban bajo la custodia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE). Este lamentable recuento de fatalidades ha activado una respuesta enérgica por parte de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, que ha estado en contacto con las familias de las víctimas, expresando sus condolencias y ofreciendo apoyo legal.
El subsecretario para América del Norte, Roberto Velasco, informó que el incidente más reciente tuvo lugar en San Bernardino, California, en la madrugada del 25 de octubre. La cancillería no ha pasado por alto la importancia de estos sucesos, asegurando que están dispuestos a proveer todo el acompañamiento necesario a las familias afectadas. Sin embargo, es fundamental destacar que, según Velasco, las causas de las muertes varían en cada caso: desde complicaciones de salud hasta incidentes con tiradores, algunos de los cuales han sido neutralizados por las autoridades estadounidenses.
En una declaración que fue tanto clara como significativa, Velasco subrayó la necesidad de ser cuidadosos con la elección de las palabras, enfatizando que los migrantes no perdieron la vida “a manos de ICE”, sino bajo su custodia. Sin embargo, esto no exime a las autoridades estadounidenses de su responsabilidad sobre los incidentes acaecidos.
Adicionalmente, el canciller Juan Ramón de la Fuente ha informado que el gobierno mexicano ha enviado un total de 13 notas diplomáticas a Estados Unidos, expresando descontento por el trato que reciben los migrantes mexicanos en ese país. Esta acción refuerza el compromiso del gobierno mexicano con la protección de sus ciudadanos en el extranjero.
A lo largo de este año, del 20 de enero al 23 de octubre, se han repatriado desde Estados Unidos a 116,320 mexicanos, de los cuales 93,153 han recibido asistencia consular. Durante este mismo periodo, el ICE ha realizado 169 operaciones, resultando en la detención de 2,382 mexicanos.
La creciente preocupación por la seguridad y el bienestar de los migrantes mexicanos en Estados Unidos no puede ser ignorada. La respuesta del gobierno mexicano busca no solo ofrecer apoyo a las familias dolientes, sino también traer a la luz las condiciones bajo las cuales estos individuos, que buscan un futuro mejor, enfrentan riesgos inaceptables. El compromiso de las autoridades mexicanas por fiscalizar y mejorar la situación de sus migrantes continuará siendo una prioridad en el diálogo con sus homólogos estadounidenses.
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