Dificultades en piloto del IMSS restringen acceso a seguridad social digital.

La situación actual del trabajo en plataformas digitales en México se encuentra en un punto crítico. La reforma laboral, que buscaba garantizar derechos a los trabajadores de este sector, enfrenta serios desafíos de implementación que podrían convertir sus beneficios en meras cifras en una hoja de estadísticas.

Un reciente estudio de la Unión Nacional de Trabajadores por Aplicación (UNTA) revela que la actual prueba piloto del programa ha fracasado en su objetivo de universalizar derechos. En lugar de ello, se ha instaurado un filtro estructural que deja a la mayoría de los repartidores y conductores sin acceso a la seguridad social. De un total de 1,199,202 personas registradas en plataformas digitales, solo 164,205 —equivalente al 13.69%— lograron obtener cobertura social en su mejor mes.

Este estancamiento, que se mantiene alrededor del 10% en diferentes evaluaciones mensuales, pone de relieve una situación preocupante en el sector. El informe de la UNTA, dirigido por Sergio Guerrero, identifica como núcleo del problema los altos porcentajes de exclusión. Este mecanismo técnico distorsiona el ingreso reconocido como salario, afectando directamente el Salario Base de Cotización y obligando a los trabajadores a extender sus jornadas laborales más allá de los límites establecidos por la ley, en una lucha por acceder a derechos que deberían ser universales.

La precariedad se intensifica al considerar las gigantescas dimensiones sociales y de género del problema. La investigación indica que más del 70% de los trabajadores labora más de 30 horas semanales, y cerca del 40% supera las 50 horas. En este contexto, las mujeres son las más afectadas: solamente un 6% de quienes han conseguido acceso a la seguridad social pertenecen a este grupo.

Ante estas alarmantes cifras, la UNTA ha realizado un llamado a la Secretaría del Trabajo para erradicar estos filtros que limitan el acceso a derechos fundamentales. La reforma laboral debería ser una herramienta de protección real y no simplemente un método para reducir las obligaciones de los empleadores.

En resumen, la situación del trabajo en plataformas digitales requiere atención urgente. Los mecanismos actuales privilegian la simulación ante la verdadera protección de los derechos laborales, poniendo en riesgo la seguridad y el bienestar de una cantidad significativa de trabajadores en una de las áreas más dinámicas de la economía nacional. Es imprescindible que las autoridades actúen para transformar esta reforma en un verdadero baluarte de derechos, y no en un obstáculo para la dignidad laboral.

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