En el segundo trimestre de 2025, la situación laboral en México ha dejado ver disparidades preocupantes en el ámbito del empleo formal e informal. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, las entidades más impactadas por la desocupación son Tabasco, con una tasa del 4.4%, seguida por Ciudad de México (4.0%), Coahuila (3.8%) y San Luis Potosí, signos claros de que la recuperación del mercado laboral enfrenta obstáculos significativos en ciertas regiones del país.
A nivel nacional, la tasa de desocupación se mantiene relativamente baja, rondando entre el 2.8% y el 2.9%. Sin embargo, hay ”bolsillos regionales” donde la búsqueda de empleo formal se complica considerablemente. En agosto de 2025, la Población Económicamente Activa (PEA) alcanzó 61.3 millones de personas, con una participación económica del 58.8%. A pesar de las cifras aparentes, la realidad varía según la ubicación.
Una de las preocupaciones más acentuadas es la pérdida de plazas formales, especialmente en Tabasco, que destaca como la región más afectada. Informes del IMSS indican una notable caída en el número de empleos registrados, afectando también a estados como Chiapas, Oaxaca, Baja California, Sonora, Coahuila, Tamaulipas y Guerrero. A pesar de que algunas zonas logran generar nuevos empleos, otras ven cómo sus cifras retroceden, complicando así el acceso a oportunidades laborales.
El incremento de la informalidad complica aún más la situación. En el segundo trimestre de 2025, la informalidad laboral ha superado el 70% en entidades como Oaxaca, Chiapas y Guerrero. En estos estados, la alta proporción de trabajos sin prestaciones ni seguridad social limita el acceso a empleos que ofrezcan estabilidad, y en consecuencia, la dificultad de conseguir trabajo se intensifica.
¿Y qué significa esto para quienes buscan empleo? Es crucial estar alerta a la dinámica local. Aquellos interesados en empleo formal deben prestar especial atención a Tabasco, Ciudad de México, Coahuila y San Luis Potosí, ya que estas áreas reportan mayores tasas de desocupación. Por el contrario, si se busca evitar la informalidad, es recomendable mantenerse alejado de mercados laborales donde la informalidad supere el 70%, como los de Oaxaca y Chiapas, o estar preparados para negociar condiciones que compensen la falta de prestaciones.
El desafío para México en el 2026 parece ser el de abordar estas disparidades en el acceso al empleo. Con Tabasco evidenciando las mayores dificultades tanto en desocupación como en pérdida de plazas formales, el país enfrenta un reto considerable. La Ciudad de México y Coahuila no se quedan atrás, presentando tasas de desocupación superiores al promedio nacional. Además, las regiones del sur, como Oaxaca, Chiapas y Guerrero, deben lidiar con la elevada informalidad, lo que complica aún más el panorama laboral.
La situación laboral en México es un reflejo de las tensiones entre las economías regionales y las oportunidades de empleo, y permanecer atento a estas dinámicas se vuelve fundamental para quienes buscan mejorar su situación laboral en un país en constante evolución.
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