Las empresas mexicanas avanzan en su viaje hacia la digitalización, aunque enfrentan obstáculos significativos que les impiden alcanzar la madurez en inteligencia artificial (IA). Según el Índice de Madurez Digital (IMD) 2025, elaborado por Needed Education, EY México, KIO Networks y la American Chamber México, solo el 1% de las compañías ha alcanzado un nivel de madurez tecnológica, mientras que un 41.7% ha mostrado progresos en su transformación digital. Esta situación revela que muchas organizaciones no tienen claro por dónde empezar en su proceso de adopción tecnológica.
La madurez digital se refiere al grado en que una empresa ha integrado la tecnología digital en sus procesos, cultura, estrategia y modelo de negocio. Esto no solo implica la utilización de herramientas digitales, sino cómo estas transforman las operaciones y las relaciones con clientes, empleados y socios.
Entre las barreras más destacadas que limitan el potencial de las empresas se encuentran:
Sistemas legacy: Muchas compañías aún dependen de tecnologías obsoletas, complicadas de integrar y costosas de mantener. Esto no solo es un desafío técnico, sino también estratégico; competir con herramientas del pasado afecta la velocidad y eficiencia en el mercado actual. Es posible modernizar gradualmente estos sistemas, lo que puede conllevar reducciones de costos operativos de entre el 20% y el 30% y mejorar el tiempo de lanzamiento al mercado sin comprometer la estabilidad.
Brecha digital y de conocimiento: La ausencia de talento no es siempre el mayor problema; frecuentemente, son la falta de dirección y recursos que restringen la transformación. Muchas empresas tienen personal capaz de liderar el cambio, pero carecen de las herramientas necesarias. Se destaca la importancia de activar este potencial interno mediante la correspondiente formación, liderazgo y una visión que conecte la tecnología con la organización.
Para aprovechar al máximo el potencial empresarial, es vital que la tecnología deje de considerarse un mero accesorio y se convierta en el eje operativo. Esto implica:
- Modernizar los sistemas de manera progresiva y sin detener las operaciones.
- Capacitar a los equipos en tecnologías emergentes como IA, cloud y automatización.
- Diseñar experiencias centradas en el usuario que sean medibles y escalables.
- Implementar células de innovación capaces de actuar con rapidez, aprendiendo en ciclos cortos para acelerar la adopción tecnológica de forma eficaz.
La madurez tecnológica es un proceso continuo. Actualmente, se estima que el 99% de las empresas mexicanas aún no ha dado este paso, pero es un cambio que se anticipa en un futuro cercano. La preparación y adaptación a esta nueva era digital serán elementos clave para el desarrollo y la competitividad en el mercado global.
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