En un giro sorprendente que dejó a muchos boquiabiertos, el Atlético de Madrid fue eliminado del Mundial de Clubes 2025 a pesar de haber conseguido una victoria por 1-0 ante el Botafogo en el emblemático Rose Bowl de Pasadena. El equipo dirigido por Diego Simeone necesitaba al menos una victoria por dos goles de diferencia para asegurar su paso a los octavos de final, y el único gol de Antoine Griezmann, anotado en el minuto 86, resultó insuficiente para mantener viva la esperanza de avanzar.
El Grupo B se convirtió en un escenario de intensa competencia, finalizando con un empate triple en puntos entre el PSG, Botafogo y el Atlético. Sin embargo, la diferencia de goles permitió que tanto los franceses como los brasileños avanzaran, relegando al conjunto colchonero a una amarga eliminación. Este revés fue particularmente duro, dado que el Atlético había comenzado el torneo con una abultada derrota frente al PSG. A pesar de sus dos triunfos consecutivos posteriores, no lograron enmendar el daño hecho en ese primer partido.
Durante el encuentro contra Botafogo, el Atlético mostró su sello característico: presión alta, dominio territorial y una sólida defensa. Con un 62% de posesión y múltiples llegadas, ejercieron un control notable sobre el juego. No obstante, la falta de efectividad en el último tercio fue un obstáculo persistente. El gol de Griezmann, fruto de una jugada colectiva bien elaborada por la banda izquierda, avivó la esperanza de sus aficionados, pero el tiempo se les agotó.
Por su parte, el Botafogo se presentó con un enfoque disciplinado y organizado. A pesar de la derrota, el equipo brasileño logró asegurar su clasificación gracias a una victoria previa ante el PSG y una favorable diferencia de goles. El arquero Lucas Perri se destacó en el partido, haciendo valer su presencia al detener varios intentos peligrosos del Atlético, que buscaba ansiosamente aumentar su ventaja.
La eliminación del Atlético de Madrid ha causado desconcierto y desilusión entre sus seguidores y la comunidad futbolística en general. Se esperaba que el equipo, reforzado con figuras de la talla de Griezmann, Koke y Oblak, superara con relativa facilidad la fase de grupos. Sin embargo, el fútbol a menudo deja claro que no hay lugar para errores en competiciones de este tipo.
Así, el Atlético de Madrid se despide del Mundial de Clubes con la dignidad intacta, pero con la amarga sensación de que su potencial no se tradujo en resultados en el torneo. Mientras la competición prosigue, la ausencia de uno de los claros favoritos se siente en el ambiente deportivo.
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