En el marco de la Cumbre de la OTAN que tendrá lugar en La Haya durante los días de martes y miércoles, se espera la participación de decenas de jefes de Estado, lo cual marcará uno de los encuentros más significativos para la alianza en años recientes. Durante esta reunión, se abordarán cruciales políticas de defensa, así como diversas crisis geopolíticas que incluyen el conflicto entre Irán e Israel y las guerras en Gaza y Ucrania. Este cónclave también será el escenario donde se discutirá un aumento en el gasto militar, presionado por el presidente estadounidense Donald Trump, quien ha exigido un incremento del compromiso de los países miembros.
Para garantizar la seguridad de este evento de alto perfil, la ciudad de La Haya ha puesto en marcha la operación policial y militar “Escudo Naranja”. Se han desplegado cerca de 27.000 policías y aproximadamente 10.000 militares, incluidos 5.000 soldados de la Gendarmería Real, cuyos esfuerzos están destinados a salvaguardar tanto a los asistentes como a la población local.
El recinto de la cumbre, el Foro Mundial, se encuentra rodeado por un perímetro de cinco kilómetros de cercas y se han prohibido vuelos en un radio de 16 kilómetros. La seguridad se extiende al transporte marítimo y se ha instalado artillería antiaérea en varios puntos estratégicos del país, incluso en las cercanías de La Haya. Además, se utilizarán drones de vigilancia para monitorear el evento y controlar las posibles protestas anunciadas por diversas organizaciones.
Con alrededor de 9.000 participantes, se espera que entre ellos asistan 45 jefes de Estado y de Gobierno, incluyendo a los 32 líderes de los Estados miembros de la OTAN y algunos representantes de países asociados. Un notable invitado es el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien asistirá a una cena con los líderes, aunque no participará en las sesiones formales del miércoles. Debido a la magnitud de la cumbre, varios hoteles de lujo en la zona permanecerán cerrados al público, reservados exclusivamente para los dignatarios visitantes.
Como parte de las estrictas medidas de seguridad, la vida diaria en el centro de La Haya se verá afectada, especialmente para los residentes cercanos al Foro Mundial, quienes enfrentarán controles policiales y restricciones de movilidad. A su vez, los cortes de carretera y los desvíos del transporte público son parte de las nuevas normativas implementadas durante la cumbre.
La magnitud de la operación de seguridad es unprecedented en los Países Bajos, superando los costos de la Cumbre de Seguridad Nuclear de 2014, que alcanzó los 24 millones de euros. Para este evento, las proyecciones apuntan a gastos que podrían sobrepasar los 180 millones de euros.
La cumbre está prevista para abordar un incremento en el gasto del 2% al 5% del PIB de los Estados miembros, un movimiento que refleja las crecientes tensiones geopolíticas y los conflictos en expansión, en medio de las advertencias de Trump sobre la posible retirada de Estados Unidos de la OTAN si los miembros no contribuyen equitativamente a la alianza.
Este artículo se basa en información disponible hasta el 24 de junio de 2025 y refleja el contexto actual de las dinámicas políticas y de seguridad internacional que rodean a la OTAN y sus miembros.
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