A pesar de los pronósticos negativos sobre la audiencia de las NBA Finals 2025, que enfrentaron a equipos menos visibles como los Oklahoma City Thunder y los Indiana Pacers, los resultados sorprendieron al mundo del deporte. El séptimo y decisivo partido de la serie se convirtió en el más visto desde 2019, con Oklahoma City llevándose el título al vencer 103-91 en el Paycom Center.
De acuerdo a datos de Sports Media Watch, confirmados por la propia NBA, el séptimo partido promedió 16.35 millones de espectadores a través de ABC y ESPN. Este número no solo marca un hito para las finales, sino que también es significativo dentro de la historia reciente de la NBA, ya que ningún partido en los años previos había alcanzado los 14 millones de telespectadores, siendo el más cercano el sexto juego entre Celtics y Warriors en 2022, con 13.99 millones.
El punto culminante de la audiencia se registró con un pico de 19.28 millones de espectadores durante la transmisión en Estados Unidos, reafirmando el interés del público por el baloncesto, incluso con equipos que tradicionalmente no atraen grandes multitudes. La postemporada completa de 2025 promedió 6.12 millones de telespectadores por partido, un notable aumento del 10% respecto a 2024, donde los Boston Celtics se consagraron campeones.
Además, la NBA reportó un aumento explosivo del 215% en la visualización de contenido en redes sociales durante las finales, acumulando 5,000 millones de visualizaciones. Este crecimiento digital resalta la capacidad de la liga para conectar con los aficionados de maneras innovadoras y efectivas.
El séptimo juego entre Thunder y Pacers ocupó el cuarto lugar entre los eventos deportivos no relacionados con el fútbol americano en el último año, solo detrás de algunos de los partidos más destacados de las Grandes Ligas y el campeonato nacional de baloncesto colegial. Esto subraya la relevancia de las finales, a pesar de ser disputadas por equipos en busca de su primer título de la NBA.
Por un lado, Oklahoma City Thunder logró su primera victoria bajo su marca actual desde su reubicación en 2008. Aunque esta franquicia ostenta un título desde 1979 bajo su antiguo nombre, Seattle Supersonics, esta victoria marca un hito en su historia reciente. Por otro lado, los Indiana Pacers continúan su búsqueda de un primer campeonato, tras haber sido derrotados en sus anteriores intentos en 2000.
El triunfo de los Thunder no solo fue un éxito en la cancha, sino que también les otorgó un premio económico de 12.4 millones de dólares, un récord en la historia de la NBA. El fondo total de bonos de playoffs alcanzó 34.7 millones de dólares, lo que representa un promedio de 828,000 dólares por jugador, una cifra que supera los premios en otras ligas deportivas estadounidenses.
El título también vio a Shai Gilgeous-Alexander consagrarse como el Jugador Más Valioso (MVP) de las Finals, al convertirse en el primer jugador desde LeBron James en 2013 en recibir este galardón en la misma temporada que ganó el MVP de la fase regular. Aunque no hay parámetros públicos sobre los premios económicos específicos para un MVP, su éxito se suma al reconocimiento global del talento dentro y fuera de la cancha.
La NBA 2025 evidenció que el interés por el baloncesto sigue en ascenso, mientras Oklahoma City Thunder e Indiana Pacers continúan escribiendo sus respectivas historias en el deporte.
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