La situación de seguridad en Ecuador se ha vuelto aún más crítica tras la reciente recaptura de Adolfo Macías, conocido como alias “Fito”, quien es considerado uno de los narcotraficantes más influyentes del país. La detención se llevó a cabo en la ciudad costera de Manta, un importante centro pesquero que también ha sido un bastión para la banda delictiva Los Choneros, involucrada en el narcotráfico, el tráfico de armas y el sicariato.
El ministro del Interior, John Reimberg, ha indicado que tanto la Policía Nacional como las Fuerzas Armadas de Ecuador están en un estado de “alerta” debido a la posibilidad de represalias violentas tras la captura de Fito. Este despliegue incluye a 58,000 miembros de la policía y 45,000 de las fuerzas armadas, quienes se han movilizado a áreas estratégicas del país para prevenir cualquier descontrol. Reimberg instó a la población a mantenerse alejada de la cárcel de máxima seguridad, conocida como “La Roca”, donde Fito ha sido trasladado después de su arresto.
Cabe recordar que la fuga de Macías de la prisión en Guayaquil a principios de 2024 desató una ola de violencia sin precedentes en Ecuador, lo que llevó al presidente Daniel Noboa a declarar un “conflicto armado interno” y movilizar a las fuerzas armadas para hacer frente a la situación. Su grupo criminal no dudó en detonar coches bomba, tomar a cientos de agentes penitenciarios como rehenes y apoderarse de un canal de televisión.
La captura de Fito se produjo en un búnker construido en su residencia en Manta. Las autoridades, al identificar una plantación en la propiedad, comenzaron a excavar, lo que llevó a Macías a entrar en pánico y finalmente salir de su escondite. La policía ha tomado este hallazgo como un indicativo de la seriedad de las operaciones del narcotraficante.
Además, el gobierno ecuatoriano ha iniciado los trámites necesarios para solicitar la extradición de Macías a Estados Unidos, y se encuentra a la espera de una respuesta de las autoridades estadounidenses al respecto.
Ecuador se encuentra inmerso en una intensa guerra entre bandas criminales, muchas de las cuales se han aliado con cárteles mexicanos y europeos de los Balcanes, así como con guerrillas colombianas. Desde el año 2018, la tasa de homicidios ha escalado abruptamente: de 6 por cada 100,000 habitantes, se ha incrementado a 38 muertes en 2024, marcando un récord histórico de 47 asesinatos por cada 100,000 personas en 2023. Esta alarmante tendencia refleja una crisis de seguridad que el país todavía está tratando de controlar.
La información presentada corresponde a la publicación original del 26 de junio de 2025, y ofrece una perspectiva detallada sobre la situación actual de la violencia y la actividad delictiva en Ecuador, un contexto que merece atención y seguimiento constante.
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