La Guardia Costera de Estados Unidos ha intensificado sus operaciones en aguas internacionales, persiguiendo un petrolero vinculado a la evasión de sanciones contra Venezuela. Este movimiento marca la segunda acción de este tipo en el mismo fin de semana y la tercera en menos de dos semanas, según informaron funcionarios el pasado domingo.
Las autoridades estadounidenses persiguen un buque cisterna que, señalado por estar en la lista de sanciones, enarbola una bandera falsa y opera bajo una orden judicial de incautación. Aunque hasta el momento no se ha realizado un abordaje y las formas de interceptación pueden variar, la tensión en estas aguas sigue en aumento. Se ha identificado al petrolero como el “Bella 1”, que, según la compañía de gestión de riesgos marítimos Vanguard, tiene antecedentes de transporte de petróleo venezolano a China y también ha estado involucrado en la carga de crudo iraní.
La situación actual se da en un contexto de presión creciente por parte de la administración del entonces presidente Donald Trump, quien anunció la semana anterior un “bloqueo” a todos los petroleros bajo sanciones que operan cerca de Venezuela. Esta campaña ha incluido una notable mayor presencia militar en la región, acompañada por ataques a varios buques en el océano Pacífico y el mar Caribe, lo que ha resultado en al menos 100 muertes.
Las primeras dos incautaciones de petroleros indicaron una clara conexión con el mercado negro, llevándolos a suministrar petróleo a naciones bajo sanciones. Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, declaró que no debería haber preocupación en Estados Unidos sobre un aumento significativo en los precios del petróleo debido a estas incautaciones, afirmando que solo se trataba de un par de barcos vinculados con actividades ilegales. Sin embargo, a pesar de su evaluación, operadores petroleros han advertido que estas detenciones podrían provocar un leve aumento en los precios a su reanudación bursátil.
Expertos en transporte marítimo han indicado que las incautaciones han aumentado los riesgos geopolíticos, lo que podría potenciar las tensiones en torno a las flotas de buques vinculados a países bajo vigilancia como Venezuela, Rusia e Irán. Asimismo, se ha señalado que estos incidentes podrían servir como una motivación para Ucrania para incrementar sus ataques a los buques rusos y para que Europa refuerce sus acciones contra las embarcaciones asociadas con Moscú.
La intersección de intereses geopolíticos, sanciones y operaciones militares en el transporte de petróleo está generando un escenario tenso y complejo que podría tener repercusiones en los mercados globales, así como en las relaciones internacionales en el futuro inmediato. Esta situación, que sigue en desarrollo, resalta la interconexión de los temas de seguridad marítima y económica en un contexto mundial marcado por la incertidumbre.
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