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La duración promedio de una gestación es de aproximadamente 40 semanas, aunque existen casos en los que los partos ocurren antes de la semana 37. Este tipo de situaciones plantea un reto adicional, ya que estos recién nacidos requieren atención especial en Unidades de Neonatología. Según datos disponibles, alrededor del 7% de los bebés nacidos en España se clasifica como prematuros.
A pesar de que estos pequeños traen consigo un desarrollo de órganos y sistemas, su madurez física es insuficiente. Por esta razón, deben ser cuidadosamente monitorizados, ya que su salud puede verse comprometida por diversas causas. La Dra. Lidia Otero, pediatra en el Hospital Universitario de Toledo, explica que, debido al cambio de presión al pasar del útero al exterior, son propensos a padecer problemas pulmonares y cardíacos. Adicionalmente, su susceptibilidad a infecciones los hace depender frecuentemente de tratamientos antibióticos. No es raro que estos bebés requieran asistencia respiratoria y experimenten pausas en la respiración, dado que en ocasiones se les olvida respirar.
El sistema digestivo también presenta desafíos, ya que estos bebés pueden no estar listos para asimilar la cantidad de leche necesaria para su crecimiento. Por ello, la introducción de alimentación debe hacerse de forma gradual, priorizando la leche materna para prevenir enfermedades graves como la enterocolitis necrotizante. En el ámbito neurológico, se realizan múltiples ecografías, ya que las conexiones neuronales se desarrollan en un entorno que es agresivo en comparación con el útero. Se debe prestar atención a sus vasos sanguíneos cerebrales, que son muy frágiles, lo que aumenta el riesgo de hemorragias.
La Dra. Otero destaca la necesidad de un monitoreo especial para aquellos bebés que nacen antes de las 32 semanas y que pesan menos de 1.500 gramos. Los nacidos entre las semanas 23 y 26 presentan un riesgo considerablemente mayor. Se considera que el limite de viabilidad está entre las semanas 23 y 24, y los bebés de este grupo son especialmente vulnerables y pueden afrontar secuelas a largo plazo, ya sean neurológicas, digestivas o respiratorias. Sin embargo, se alienta a la esperanza, ya que los bebés que superan la semana 27, gracias a los avances médicos actuales, tienen una alta tasa de supervivencia sin secuelas.
El método canguro
La participación activa de padres y madres es crucial para el desarrollo de estos neonatos. A menudo, no permanecen constantemente en la incubadora; son colocados sobre el pecho de sus progenitores, una práctica conocida como el ‘método canguro’. Este método proporciona calor y confort que una incubadora no puede ofrecer. La Dra. Otero enfatiza que la comunicación, el contacto físico y la creación de vínculos resultan esenciales. Estudios demuestran que este enfoque tiene efectos positivos significativos, incluyendo la disminución de la ansiedad en padres e hijos, la reducción del tiempo de ingreso hospitalario, una más rápida adaptación a la alimentación y mejoras en el neurodesarrollo.
Nacer prematuramente
Con el objetivo de brindar apoyo informativo a las familias, la Dra. Otero y la Dra. Marta González-Valcárcel, también pediatra de la Unidad de Neonatología del Hospital Universitario de Toledo, decidieron crear la guía ‘Nacer prematuramente’ (Editorial Círculo Rojo). Esta guía proporciona información adaptada sobre la prematuridad y sus complicaciones, y está diseñada para ayudar a las familias a navegar por este complejo camino. Recientemente presentada, ya está disponible en librerías.
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