El panorama del crédito bancario en México ha mostrado un marcado cambio en los últimos tiempos. A pesar de que el año comenzó con un impulso notable, los últimos meses han reflejado una inquietante desaceleración en la dinámica del financiamiento hacia el sector privado. Este fenómeno es particularmente evidente en el segmento de consumo, que anteriormente había sido el motor del crecimiento crediticio.
De acuerdo con los datos más recientes de los Agregados Monetarios y Actividad Financiera del Banco de México (Banxico), el crédito vigente total de la banca ha experimentado un crecimiento real anual del 7.3%, alcanzando un saldo superior a los siete billones de pesos. Sin embargo, este crecimiento ha ido disminuyendo progresivamente desde que en enero se registró un aumento del 10.1%, pasando por 9.7% en febrero, 9.0% en marzo y 8.0% en abril.
En el sector del crédito al consumo, esta tendencia a la baja es aún más pronunciada. Después de más de dos años de crecimiento a doble dígito, en mayo de 2025 se observó un incremento de solo 8.8%, el menor aumento desde octubre de 2022. Dentro de este apartado, el crédito a tarjetas creció un 7.4%, mientras que el de nómina y personales aumentó en un 3.7% y 8.3%, respectivamente. Aunque el segmento de bienes de consumo duradero registró un notable crecimiento del 18.9%, la caída en el crédito automotriz, que alcanzó en su momento incrementos superiores al 40%, también forma parte de esta dinámica.
El crédito destinado a la vivienda también ha mostrado signos de deterioro. En mayo, el incremento real fue de únicamente 1.7%, el más bajo desde diciembre de 2017, lo que subraya la moderación en este segmento. Sin embargo, es relevante señalar que, a diferencia de otros tipos de financiamiento, el crédito para vivienda no ha experimentado contracciones en años recientes, ni siquiera durante los momentos más críticos de la pandemia.
En el ámbito empresarial, aunque se había observado una tendencia de crecimiento de doble dígito en meses pasados, ahora también se ha reducido a un incremento de solo 9.2% en mayo, manteniendo la misma cifra que en abril. El saldo total de este portafolio supera los 3.68 billones de pesos, convirtiéndose en el más significativo en términos de monto.
Este enfriamiento en el sector crediticio se encuentra en sintonía con las proyecciones de crecimiento para la economía nacional. La reciente encuesta de expectativas de Citi sugiere una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) de apenas 0.1% para 2025, mientras que Banamex prevé un crecimiento nulo. Rodolfo Ostolaza, subdirector de estudios económicos de esta última institución, ha indicado que la desaceleración observada en el crédito bancario ha sorprendido, ya que abarca los tres segmentos principales: consumo, vivienda y empresarial. Además, ha expresado que la contracción del crédito al consumo puede impactar de manera significativa en el PIB, dado que el consumo privado es un componente crítico de este.
A medida que se observa una desaceleración general en la economía, es crucial seguir de cerca cómo estas dinámicas afectan tanto al crédito como a los sectores vinculados en un contexto económico lleno de desafíos.
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