“El grito de la tierra herida se conjuga con el grito de pueblos enteros sumergidos en la desprotección y el atraso. La pandemia ha mostrado la globalización de las injusticias y, al mismo tiempo, la vulnerabilidad que va más allá de las fronteras”, destacó el mandatario argentino.
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Una epidemia que también ha despertado “el riesgo de la codicia, el derroche y la lentitud para ofrecer respuestas solidarias a los problemas globales” por lo que pidió considerar a la vacuna contra la COVID-19 como un bien global.
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Fernández recordó que las consecuencias que nos deja la pandemia no solo se han de considerar en términos sanitarios, sino que también se ha de reconstruir la situación económica y social, a la vez que se remodela el planeta mediante una transición hacia las energías renovables y la adopción de tecnologías limpias.
Sin embargo, destacó que todas las condiciones que mencionó previamente no sucederán sino atendemos “a la espada de Damocles de la inequidad global: la reconfiguración de la arquitectura financiera internacional”.
Añadió que “la justicia climática será una quimera sin justicia financiera e impositiva global, que contribuyan a una real justicia social”, en un momento en el que está “latente el riesgo de una debacle generalizada de deudas externas en los países en desarrollo”
En este aspecto, recordó que América Latina y el Caribe destinan un 57% de sus exportaciones al pago de servicios de la deuda externa, un tema que se conoce con “particular dolor” en Argentina, ya que el país “ha sido sometido a un endeudamiento tóxico e irresponsable con el Fondo Monetario Internacional”.
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“Para que el mundo tenga una idea de la magnitud de este “deudicidio”, quiero mencionar una cifra: Los recursos aprobados por el Fondo Monetario Internacional a la Argentina en esta deuda insostenible, fueron de 57.000 millones de dólares, el equivalente a todo lo que el organismo desembolsó en el año de la pandemia con destino a 85 países del mundo. (…) No hay ninguna racionalidad técnica, ni lógica ética, ni sensibilidad política que pueda justificar semejante aberración”, sentenció.
Posteriormente calificó de medida provisional e insuficiente la prórroga de la Iniciativa de Suspensión de Servicios de Deuda producida del G20 “ya que no aborda a fondo la cuestión sobre el alivio y la reestructuración de la insostenibilidad de las deudas” y la fata de un marco multilateral para la reestructuración de la deuda de los países de renta media.
